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Iván Bolado

"Fue instintivo; por un día me sentí Ronaldinho"

Bolado está de moda tras su gol de rabona en Montjuïc. Ayer recibió a AS en el Ramón Pelayo, donde aprendió a hacer estos malabares. Con 18 años es la perla del Racing.

Iván Bolado
j. m. serrano arce

A su edad y ya le conocen en el mundo entero tras su golazo de rabona...

Sí, eso dicen mis amigos. Me han llamado para decirme que el gol ya se puede ver en todas partes y que lo han colgado en Internet. Todo el mundo de mi entorno está revolucionado con lo que hice. Recibí muchísimos mensajes tras el partido, y todos eran para felicitarme. Muchos provenían de conocidos y otros de aficionados del Racing que se habían hecho con mi móvil. La gente me para por la calle y me dice que cómo lo hice. Fue algo instintivo. Por un día me he sentido como Ronaldinho con tanto ajetreo y con la gente tan alborotada por lo sucedido. (Mientras habla dos niños de unos siete años se le acercan junto a su abuelo para pedirle unos autógrafos).

¿Cómo se le ocurrió hacer esa frivolidad en Montjuïc?

En el calentamiento ya estaba ansioso por salir. Quería que el entrenador me llamara cuanto antes para saltar al césped. Cuando me hizo un gesto para que me quitara el chándal tuve los nervios típicos. Porque, aunque ya estoy muy bien adaptado a la categoría, es complicado no sentir un cosquilleo por el cuerpo. Pero, al entrar, ya estaba muy tranquilo y confiado de que algo bueno podía pasarme esa tarde...

Y así fue. ¿Por qué decidió resolver de esa manera?

En la jugada tenía muy poco tiempo para rematar. Pensé muy rápido; en décimas de segundo. Smolarek me la dejó dentro del área pequeña. Intenté controlarla para acomodármela a la pierna izquierda y poder disparar, pero se me quedó centrada. Ni siquiera recuerdo quién tenía detrás. Creo que era Jarque. En ese momento sólo podía solucionar la papeleta así. Y acerté. Cuando entró, no me lo podía creer. Fue la guinda perfecta al gran partido que hizo el equipo.

¿Cómo reaccionó cuando vio que el balón besaba las mallas de Kameni?

No podía dejar de sonreír a la vez que corría. Cuando vi al público de Montjuïc en pie aplaudiendo mi gol me emocioné. Tengo 18 años y para mí eso es lo más grande que me ha pasado hasta el momento. Fue un gran gesto.

¿A quién se lo dedicó?

A mi tío Vicente, que desgraciadamente murió hace un año más o menos. Se lo había prometido en su día y tuve la satisfacción de poder responderle así. Por eso levanté las dos manos y señalé al cielo.

Pues no pudo tener un mejor regalo para él. ¡Qué golazo! ¿Ensaya mucho la rabona?

Sí, pero no lo había hecho nunca en un partido de competición en Primera. Es cierto que en los entrenamientos o con los amigos si que la hago alguna vez, pero en un partido es diferente porque tienes más responsabilidad. Eso sí, a mi me da igual cómo vaya el resultado; si es un amistoso o una final. Lo volvería a hacer mil veces más. Las que hicieran falta. Es un recurso más y hay que sacarle todo el provecho.

¿Qué le dijeron sus compañeros al acabar el encuentro y meterse en el vestuario?

Me preguntaron qué había hecho porque desde el banquillo no se vio bien la jugada al haber tantos jugadores de por medio. Tchité vino hacia mi alucinado y me dio un abrazo. Ayer, en el vestuario, mis compañeros me aplaudieron al llegar a La Albericia. No han parado de hacerme bromas.

¿Y Marcelino? Conociéndole supongo que le habrá quitado trascendencia para que usted no deje de trabajar con la misma intensidad...

Me dice que tenga los pies en el suelo y que no me vaya a crecer. Lleva toda la razón del mundo. Si te creces ahora algo, mal encaminado vas. Yo soy joven pero sé cuál es el camino para poder llegar a algo. Para ello sólo hay que trabajar y empujar. Hay que progresar continuamente y ayudar al equipo. Yo salí al campo con esa única intención. Ganar al Espanyol era clave para nosotros porque así dejaríamos atrás, y tocado, a un rival directo. Aunque no descartado. Aún así, no quiero ni pensar en Champions o UEFA porque si no se consigue al final me llevaré un disgusto.

Pero no me negará que la UEFA, al menos, ya se huele y casi se toca con las manos.

Es verdad que está más cerca que nunca y que la victoria en Barcelona nos pone las cosas de cara, pero aún queda mucho. El que puede flojear algo es el Espanyol, pero tampoco lo creo. Él es nuestro rival directo. Al Atlético y el Sevilla los veo más fuertes. Daría lo que fuera por jugar en competición europea la próxima temporada. Sería el mejor regalo para una afición que se ha portado de maravilla con nosotros.

¿Y qué hizo cuando llegó a Santander la noche del partido? El recibimiento por parte de la afición, la familia y los amigos tuvo que ser apoteósico el domingo...

Cuando llegué me fui a cenar con unos amigos y estaban más alucinados que yo. Me fui pronto para casa porque al día siguiente había que entrar de nuevo. Esta mañana (por ayer) la gente me ha llamado para que viera el AS ya que salía toda la secuencia del gol de rabona muy bien detallada.

Sí, y toda su celebración. Supongo que no sólo habrá guardado los recortes de prensa, sino también la camiseta con la que disputó el partido ante el Espanyol...

¡Qué va! Se la regalé a unos aficionados que me la pidieron. Eran del Racing y había viajado desde Santander para animarnos. Había que tener un detalle con ellos después del esfuerzo que realizaron, y a mí no me importó dársela. Además, ya tengo treinta camisetas en casa y no me caben. ¿Para qué quiero más? ¡Si en todas pone lo mismo! (Risas).

¿Es éste el mejor gol que ha marcado en su completa pero corta trayectoria deportiva?

No. He logrado algunos regateando a muchos jugadores y varios de chilena. Lo que sí me da mucha alegría es saber que soy, creo, el primer jugador de la Liga en hacer un gol de rabona. Pase lo que pase en el futuro ya sé que voy a salir en los libros, en las colecciones y en las enciclopedias de fútbol dentro de unos años. Eso es bonito. Destacar en alguna faceta en esta Liga es muy complicado y si así me conocerá más gente, pues mejor.

¿Cuantas veces ha visto el gol repetido en la televisión?

No se crea. Lo he podido ver pocas veces más. Yo no me lo creo aún porque sabía que fue un buen gol, pero no sabía que iba a tener tanta trascendencia. Tendré que prodigarme más con tantos así. Si todo el mundo va a hablar de mí tanto y tan bien (bromea)

¿Ha copiado este gesto técnico de alguno de sus ídolos?

No. Ellos no suelen hacerlo mucho aunque a más de uno sí le he visto intentarlo. Admiro mucho a Ronaldo. Puede ser vago, pero es único. El mejor en la definición. Ibrahimovic, Romario y Rivaldo también eran mis ídolos de pequeño.

¿Y su peor enemigo?

Perea, el del Atlético. ¡Cómo defiende y cómo corre! Es una pesadilla porque es muy rápido y, aunque le regatees y te vayas de él, te vuelve a coger. Es un gran defensa...