Champions | Schalke 0 - Barcelona 1
El Barça se levanta a tiempo
El Barcelona volvió a relajarse en exceso en la segunda mitad. Bojan anotó su primer tanto en la competición y entra la historia. La vuelta debería ser casi un trámite.
El Barcelona despejó esta noche muchas dudas en el Veltins Arena. Los de Rijkaard encarrilan una eliminatoria que en el momento del sorteo se vio como muy favorable pero que los últimos acontecimientos habían convertido casi en una odisea antes de que se jugara el encuentro. El Barcelona demostró que es capaz de levantarse tras una dura caída, pero también se encargó de dejar algunas incógnitas. Y es que no hay que olvidar que en frente estaba el Schalke. Sin ánimo de faltar, los alemanes demostraron ser el chollo de los cuartos de final, y el juego del Barcelona dejó la impresión de no ser suficiente si el rival hubiera sido, por ejemplo, el Manchester United. Esperemos comprobarlo en semifinales.
La principal duda era si el Barcelona sería capaz de olvidar su debacle del sábado, el estado de ansiedad en el que se deben encontrar sus jugadores, y sobre todo la crisis deportiva en la que se ha encuentra el equipo por 45 minutos desastrosos. Si conseguían aislarse de todo eso habría posibilidades. Además, tan cierto es que si desastrosa fue la segunda parte en el Ruiz de Lopera, no menos cierto es que la primera parte fue para enmarcar, vamos, que jugar no se les ha olvidado.
Todo parecía indicar que los catalanes, en efecto, salieron mentalizados al campo. La vida sigue, debió decirles Rijkaard, y a los 11 minutos el aficionado 'culé' ya tenía motivos para sonreír. Y todo gracias al nuevo fenómeno blaugrana, el mismo que se ha tornado en gran esperanza y sustitutivo de Ronaldinho al mismo tiempo. Bojan, a puerta vacía, adelantaba al Barça tras recibir un pase de Henry, que a su vez se benefició de una cantada de Neuer, guardameta de los de Gelsenkirchen que llegaba tras una gran eliminatoria ante el Oporto. El primer gol del menudo delantero en Champions le valía para ser el segundo jugador más joven en marcar en esta competición (superado por Peter Oforiquaye. La explosión de júbilo del banquillo
Hasta entonces no había pasado nada reseñable en el campo. Ni Schalke ni Barcelona habían creado peligro, el Schalke por su falta de categoría, ya que empuje le sobra, y el Barcelona porque aún estaba a verlas venir. El conjunto teutón, típico equipo alemán, más fuerte que técnico, con preponderancia de la táctica y el orden sobre todas las cosas, tenía como principales armas el balón parado y Kevin Kuranyi, y ninguna de las dos creo excesivos problemas en la primera mitad. Aunque era evidente, más por una sensación que por ocasiones reales, que cuando colgaban un balón al área (y lo hacen con frecuencia) es hora de apretarse los 'machos'.
El control del encuentro, que no había sido claramente de ninguno, pasó entonces al Barcelona, aunque como en tantas otras ocasiones hemos visto, no era un control que te lleve a ganar partidos. El Barça no sabía que hacer con la posesión, y simplemente intentaba evitar que los teutones se hicieran con el balón, sin mirar hacia delante, y con el balón rodando demasiado tiempo en campo propio, donde hay realmente peligro si se produce una pérdida.
De nuevo hubo que sufrir
La reanudación comenzó con dos serios avisos por parte de los locales, el primero en un lanzamiento de Altintop y el segundo en un lanzamiento de Pander que Valdés no atinó a atajar. Menos mal que la defensa azulgrana estuvo más atenta que la alemana en la primera mitad.
Tras el arreón inicial la tónica del encuentro fue a misma de antes. El balón pertenecía al Barcelona, pero sin crear peligro. De hecho el primer tiro a puerta tuvo lugar en el minuto 62, y fue tan inocente que no se puede calificar de oportunidad. El primer causante de este panorama era el propio Schalke y su inoperancia. Los alemanes eran incapaces de elaborar una jugada y les faltaba velocidad y calidad para armar una contra decente. Para colmo en el minuto 60 Kevin Kuranyi abandonaba el terreno de juego para dar entrada a Vicente Sánchez, uruguayo del que hablan muy bien pero que se está acoplando aún al equipo.
Tras unos minutos en los que parecía que el Barcelona iba a dar el pasito adelante que le faltaba hasta ese momento, el equipo volvió a ceder más terreno del aconsejado y sufrió de lo lindo. Hasta en dos ocasiones estuvo a punto de lograr el empate el Schalke, primero en un remate en semifallo de Ernst que Asamoah llegó a desviar pero no lo suficiente como sorprender a Valdés, e instantes después en la ocasión más clara del encuentro para el conjunto de Mirko Slomka. El turco Altintop, en fuera de juego, encara a Valdés ligeramente escorado y su remate picado se marcha fuera lamiendo el poste.
El Barcelona, como el sábado pasado, volvía a cometer el pecado de dar alas a un rival dormido. En el ambiente reinaba ya la sensación de que el tanto bávaro podía llegar en cualquier momento, y la principal culpa era del conjunto español, que se negaba a ser quien llevara la voz cantante y a buscar el segundo gol con determinación. Rijkaard reaccionó dando entrada a Márquez en lugar de Touré. El holandés buscaba mayor solidez defensiva, ya que dado el momento el mejicano podía meterse entre Puyol y Milito. El cambio, de llegar el empate, sería utilizado por los críticos en el futuro, pero viendo el panorama puede que fuera lo mejor.
Los últimos minutos del encuentro fueron de puro sufrimiento. Los cambios blaugranas y una clara ocasión de Henry se encargaron de dormir el encuentro por unos instantes y recordar al contrario que no podía descuidarse a pesar del bajón blaugrana. Pero en el descuento, cuando más falta hizo, apareció la figura de Valdés para desviar a córner un remate de cabeza de Bordon. La victoria final sirve al Barcelona, además de para reconciliarse sobre el campo con su afición, para poner pie y medio en las semifinales de la Champions.