Dos Cids ante Quijotes

No son carne de grada. De eso no cabe duda. Baha y Salva, Salva y Baha, los dos grandes referentes del Málaga se apuntan a la fiesta de esta tarde. Ninguno de los dos quiere perderse el importante duelo ante el Albacete. Sonríen ellos a la vez que lo hace Málaga. Y Muñiz con todos. Porque el asturiano ha recuperado a los dos de un plumazo después de traspiés de Chapín. Lo del francomarroquí se esperaba, aunque no por eso su esfuerzo debe pasar desapercibido. Lo de Salva era menos previsible. Pero empezaba a intuirse el miércoles pasado. Ahora es cuando se cuece el ascenso y tanto uno como el otro quieren vivirlo en el césped, como guerreros que son. El Málaga no tiene un Cid, sino dos. Incluso tres si apuramos y metemos en la lista a Hidalgo y su eterna lesión de rodilla.

Subir a Primera pasa por La Rosaleda, donde el equipo es, más que fuerte, temible. Enfrente estará el Albacete, testigo directo del último ascenso. Manchegos, como el Quijote, viven momentos dramáticos. Se juegan la permanencia y cualquier punto es bálsamo de Fierabrás. Máximo Hernández, viejo entrenador de Muñiz cuando éste militaba en el Rayo, no esconde sus armas. Ya ha dado el once. Va a pecho descubierto, como Alonso Quijano frente a los molinos. Aunque esta vez, el Málaga sí que es un gigante real. Pese a todo, Hernández, con ese punto de inconsciencia quijotesca, anima a su tropa. Desde que los blanquiazules descendieron a Segunda, el Albacete les ha pintado la cara tres veces.

Por otro lado, está la alineación de Muñiz. Entra Arnau, incógnita por falta de continuidad. También Paulo Jorge, disfrazado por quinta vez de lateral. Llevaba en la nevera varias jornadas, pero el técnico le prefiere a Gaitán. Y entra, sobre todo, Baha. El goleador con mayúsculas del equipo. Ese título lo quería Salva para él. Por eso también vuelve. Aunque, de momento, está en la recámara.