Primera | Real Madrid 3 - Sevilla 1
Sneijder y Guti despiertan al Madrid
Cómodo triunfo del Real Madrid ante el peor Sevilla que se recuerda en el Bernabéu. Heinze, Raúl e Higuaín firmaron los goles que dejan al Madrid con seis puntos de ventaja sobre el Villarreal y siete respecto al Barcelona. Kanouté hizo el tanto visitante. Guti ya es el máximo asistente de la Liga.
El Real Madrid se decidió a ofrecer una imagen más decente y contra el Sevilla fue lo más parecido a un equipo que se recuerda. Lo que no es decir mucho, pero ya es algo. Un equipo que está lejos de la excelencia y que brilla más al contragolpe que llevando la iniciativa. Al menos hubo minutos en los que se recuperó esa sociedad entre Guti y Sneijder, que recordó a las primeras jornadas de Liga, las únicas en las que el juego del Madrid tuvo algo de brillo. El holandés participó en los tres goles de su equipo y Guti firmó un buen partido, adornado con una nueva asistencia. Nadie da más pases de gol en esta Liga que el '14'.
Demasiado inconstante, dos chispazos le sirvieron para garantizarse el triunfo contra el peor Sevilla que ha pisado el Bernabéu en los últimos años. En el tiovivo en el que se ha convertido la Liga, el Madrid aventaja en seis puntos a su perseguidor, que es el Villarreal y no el Barcelona, que está a siete. Si lo del Madrid es de película de suspense, la del Barcelona es de miedo.
El Sevilla, timorato, inocente e irreconocible, hizo mucho por salir derrotado del Bernabéu, pero el Madrid tuvo la habilidad y el mérito de aprovechar las debilidades del rival y potenciar sus escasas virtudes. Y este Madrid no tiene virtud más grande ahora que su contragolpe, un recurso impropio de este conjunto, pero el único que le hace temible. Eso y sus individualidades, entre las que esta vez sobresalió Sneijder, que supo asociarse con Guti, dio salida limpia al balón y se movió entre líneas con la inteligencia y el sentido que lo hacía en Ajax.
El brillo de Sneijder y Guti, y en menor medida de Gago, no debe cegarnos al enjuiciar la aportación de Robben, cuya incidencia en el juego es mínima, o Higuaín, que para marcar un gol tiene que fallar no menos de cinco o seis ocasiones claras. Un delantero centro del Real Madrid no puede tener esos porcentajes. El argentino es muy útil para el equipo, por su trabajo y su participación en el juego, pero no como referencia ofensiva, no como delantero centro. Si Raúl no necesita intervenir en el juego para marcar, de hecho suele ser lo habitual, Higuaín debe aparecer en todas las acciones de ataque para sumar un gol.
El panorama se le comenzó a aclarar al Madrid en apenas siete minutos, cuando una falta bien sacada por Sneijder fue cabeceada a gol por Heinze. El argentino remató en posición correcta después de que tres de sus compañeros, entre ellos Cannvaro, que hizo intención de rematar, estuvieran en fuera de juego posicional.
Se vieron entonces los mejores minutos del Madrid. Guti pudo lograr el segundo y cerca de la media hora Palop detuvo una triple ocasión de Higuaín, Ramos y el propio Guti. El Madrid creaba sus mejores ocasiones al contragolpe y Palop se lucía y tapaba los errores defensivos de sus compañeros, que no aparecieron en ataque hasta los 37 minutos, cuando en una acción aislada Kanouté equilibró el resultado. El Sevilla había mejorado mucho con la salida de Navas por Crespo, pero el premio era excesivo.
Pero en un minuto, Raúl devolvió el partido a donde estaba. A pase de Sneijder firmó su gol 290 en partidos oficiales con el Madrid y el pase por los vestuarios se vivió con tranquilidad en el vestuario del líder.
En el segundo tiempo desapareció del fútbol y el Madrid jugó con una extraña comodidad ante un decepcionante Sevilla, que ni presionó ni pareció en condiciones de lograr el empate. Navas fue el único que mostró algo de brillo en ataque y Palop fue una pesadilla para Higuaín hasta que a falta de media hora el argentino firmó el tercero y convirtió el resto del choque en un aburridísimo trámite.