Amistoso | Francia 1 - Inglaterra 0
Los violines galos callan a los tambores ingleses
Una Inglaterra vulgar cae en el partido 100 de Beckham
Thierry Gilardi, el comentarista de la TF1 al que ayer falleció de un infarto, la voz televisiva que narró los grandes éxitos del fútbol francés, fue homenajeado con un triunfo luctuoso de su selección ante una Inglaterra rocosa que ya atufa a Capello.
Cuando Ribery anotó el primer gol y mostró una camiseta con el nombre de Gilardy señalando al cielo a la media hora del partido, se acabó el partido. La noche era fría y triste en el Stade de France para todos. Incluso para Gerrard, al que Capello ha despojado del brazalete por su "indolencia" ante Suiza, que es como acusar a Sergio Ramos de gandul. Eso le espoleó ayer, pero esta Inglaterra es ruda, no tiene un Ribery. Nadie propone. Suman, a veces restan, pero nunca multiplican. El balón circula lamentándose hasta el costado derecho desde donde parten los centros combados de Beckham, centenario ayer. Una orquesta sin violines, diría Menotti. Demasiados tambores...
Francia aprovechó la entrada en escena de Calamity James con su enésima ídem. El meta atropelló a Anelka en su salida provocando el penalti que anotó Ribery. Con ese panorama, Capello colocó en punta al Espárrago Crouch y tras él a la Ardilla Owen. Obviamente insistió en los pelotazos, que no centros, facilitando así la labor de Thuram y Gallas. Con una Francia desganada y una Inglaterra soporífera, el partido caminó apesadumbrado hacia su final desorientado por el carrusel de cambios. Comprende uno el déficit talentoso de Inglaterra mirando las delanteras de sus grandes: Cristiano Ronaldo, Fernando Torres, Drogba, Adebayor... Apenas Rooney para llevarse a la boca. ¿Y Francia? Trezeguet, Malouda, Anelka, Benzema... Es otra historia. Como le gustaba decir a Thierry Gilardi, "siempre hay flores en el jardín".