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Amistoso | España 1 - Italia 0

Villa, a pase de Cannavaro

Golazo del 7 en el minuto 77. Merecido triunfo español ante una rocosa Italia . Gol anulado a Toni, palo de Camoranesi y penalti no pitado a Luis García

Tomás Guasch
<b>PASADO Y PRESENTE BLANCO.</b> Sergio Ramos fue, como casi siempre, un puntal ofensivo de España. El defensa madridista fue el amo de la banda derecha y subió todo lo que pudo para poner en apuros a la zaga italiana. Además de su gran despliegue físico, fue un peligro en las jugadas de estrategia y allí se encontró más de una vez con Christian Panucci, ex madridista que vive una segunda juventud y ha vuelto a ser un fijo en la squadra azzurra.
PASADO Y PRESENTE BLANCO. Sergio Ramos fue, como casi siempre, un puntal ofensivo de España. El defensa madridista fue el amo de la banda derecha y subió todo lo que pudo para poner en apuros a la zaga italiana. Además de su gran despliegue físico, fue un peligro en las jugadas de estrategia y allí se encontró más de una vez con Christian Panucci, ex madridista que vive una segunda juventud y ha vuelto a ser un fijo en la squadra azzurra.

Esto marcha, oigan. Ya. Me recordarán que era amistoso. Y que el resultado es lo de menos en estos partidos. Ya. Les contestaré que mejor ganarlos, ¿eh? Mayormente por aquello de la confianza. Tumbar primero a Francia y después a Italia, amigos, es importante. Hablamos del campeón del mundo y del subcampeón, poca broma. En dos amistosos, sí, conforme. Pero jugando razonablemente bien las dos veces, sin encajar gol y confirmando que podemos jugarle de tú a tú a todos.

Esta es la conclusión que dejan estos dos partidos de machos: que España puede ir al Europeo sin complejos. A jugar a lo suyo. Como hacen las selecciones de verdad. A pelear por lo mejor. Después, lo de ganar o perder, Dios dirá. De momento tenemos lo que pedíamos: equipo e idea. Una manera de hacer, un estilo. Unos pequeños de cine, sí Iker. Anoche, el toque sublime lo puso Villa, con un golazo extraordinario, un zapatazo recibiendo de primera un mal rechace de Cannavaro. Fue como la prórroga del último Madrid-Valencia. ¡Este Guaje ha levantado, sí! Y si él levanta, todo es más sencillo.

El golazo de David fue el colofón de un partido interesantísimo que vino a ser como un máster para el equipo español. Máster de fútbol y de paciencia. Lo que habrá que tener, fútbol y paciencia, a la hora de la verdad. Jugar contra Italia es como que te arranquen una muela sin anestesia, hay que armarse de valor todo el tiempo. Es un equipo en serio, tan equipo que más que de selección parece de club. Con Pirlo, que se fue en el descanso, tiene un toque de calidad del que carece cuando el milanista se marcha. Pues tampoco está Totti ni el mejor Del Piero. Ni Maldini atrás, claro. Es entonces, sin Pirlo, la Italia de Gattuso, lo que da carácter de partido oficial en todas las partes del campo. Gattuso, por cierto, le hizo un penalti a Luis García que el árbitro se tragó. Musha Italia en eso de las distancias cortas...

España supo siempre lo que debía hacer y no era fácil. Incluso tuvo la suerte de su lado con el gol anulado a Toni (minuto 13) por justillo fuera de juego. Y cuando, con 0-0, Camoranesi tiró al larguero con Casillas vencido. Puyol se lesionó pronto y dejó su plaza a Albiol, el número tres en la lista de aspirantes a la plaza de central. Cumplió el valencianista. Los que cumplieron con su rol de líderes fueron Xavi Hernández e Iniesta, los magos de esta apuesta de Luis. Senna se puso el traje de Albelda e hizo lo que hacía él: no equivocarse y fijar su posición.

Italia tiene un futbolista emergente en De Rossi, que cada vez que le vemos juega mejor. Bajo su mando, y el de Pirlo, dominaron los italianos de salida. Luego igualó España y Buffon demostró su categoría ante Torres y Cesc, en un doble remate. Cesc tuvo fases buenas, de lo mejor que ha hecho en la Selección, pero sigue sin subirse al gran carro del que tiran Xavi e Iniesta. Andrés hizo cosas formidables como un control junto a la línea de fondo, en carrera, pisando la pelota, para lanzar un centro que no encontró rematador: es muy bueno.

El duelo de porteros se decantó del lado de Buffon pues acabó interviniendo más que Casillas. Éste vivió su gran prueba en un mano a mano que le ganó a Camoranesi, que debió soñar con él. ¡Ah, Iker! Ni Henry ni Benzema ni Anelka ni Govou ni Toni ni Di Natale ni Iaquinta, afamados delanteros, todos fueron capaces de batirle en estos dos amistosos de verdad, y eso que seguimos pensando que el reto pendiente de Luis de aquí al Europeo es conseguir del equipo una prestación defensiva sólida, fiable. Los laterales estuvieron algo más tímidos en ataque, especialmente Capdevila, autor del tanto que tumbó a los franceses. A Sergio se le vio más pues tuvo un ojo en el peligroso Di Natale y sus conocidos arrestos para proyectarse en ataque.

Se confirmó, eso sí, que España jugará el 1-4-1-4-1 que Luis ha adoptado como plan para su equipo. Poca banda, que incluso cuando sale Riera circula más como mediocampista que como extremo, y el punta-boya arriba. Estuvo bien Torres ante Materazzi y Cannavaro. El del Inter, que seguro no ha olvidado la faena que el Niño le hizo con el Liverpool, le sacudió una vez de manera muy fea. Fue un buen Torres, sí.

Y luego, Villa. Y como llegó magullado desde Manchester, el 9 del Liverpool se fue al medio tiempo. Hombre por hombre, fue el turno de Villa, que hizo honor a su condición de delantero autónomo, lo que también es Tamudo, y se buscó la vida esperando con tranquilidad su momento.

Italia, como en la primera mitad, salió mandona y nos obligó a cursar la parte más dura del máster, la que te obliga a nadar y guardar la ropa, o sea la pelota. Xabi Alonso y no De la Red (la lesión de Puyol le robó por lo visto un cambio a Luis) salió por Senna y le dio al equipo una salida distinta, pues aún jugando en la misma posición, el vasco interpreta otro fútbol. Un par de aperturas en largo fueron magníficas.

Poco a poco el partido fue poniéndose de nuevo del lado español. Camacho, el autor de aquella reflexión "debemos manejar el otro fútbol", daría su OK a lo que el equipo hizo en la recta final del partido. Buscarse, asociarse, tocar siempre. Luis García ayudó, situado tras Villa. Una jugada en la que le dejó la pelota a Xavi evidenció que desde el banquillo llegan soluciones; ayudas muy interesantes.

Buffon le paró un remate a quemarropa, aunque escorado, a Cesc, y España apretó el acelerador. Sin perder de vista al rival, al que no concedió apenas jugadas a balón parado, e insistiendo por un lado y por el otro hasta encontrar lo que el 7 encontró en el minuto 77: un pase de Cannavaro (¡qué manía despejar al centro un balón colgado!) tan magnífico que le cayó a su pierna buena sin posibilidad de que rival alguno pudiera acudir al rescate. Buffon fue batido por la escuadra, como caen los grandes porteros. Sin remisión, con el estadio de Elche boca abajo de alegría. Un golazo para un partido grande por quien estaba delante y por lo que representó: un baño de confianza enorme a tres meses de la hora H.

España, en fin, remató con un triunfo su póker de partidos ante rivales de alto copete. Que antes de Francia e Italia cayeron, también por 1-0, Argentina e Inglaterra en Old Trafford. Cuatro veces por 1-0, lo que permite pensar que esta España es complicada de derrotar y parece haber aprendido una lección muy importante: ante estos adversarios se producen, a favor y en contra, dos o tres jugadas de gol, el pleito se decide por un flechazo, por un detalle. Y la Selección ha estado lista hasta ahora. Esta vez ante una Italia con espolones. Experta, difícil, siempre inquietante, pura Italia. Esto marcha, sí. El camino hacia la Eurocopa es impecable. Que no se tuerza...