"Si jugamos UEFA podría nacer otro Superdepor"

Supongo que estará contento, ya no sólo por la marcha del Racing sino por su gran partido ante el Recre...

Pues sí. Tengo una moral tremenda porque, aunque siempre he estado involucrado en el equipo, las lesiones me apartaron de lo que más me gusta, que es jugar. Ahora me siento partícipe de todo este año histórico. Tengo la autoestima por las nubes.

Tanto que hasta se ha destapado como mediocentro.

Siempre he jugado de central, pero en el Racing B ya jugué de pivote y no lo hacía mal. Marcelino me ha utilizado ahí y yo estoy encantado porque, elegir en estos momentos dónde se juega, es muy difícil. Nuestra defensa está en un momento espectacular. En Getafe jugué como centrocampista y Marcelino me felicitó.

¿Y cómo lleva haber perdido tanto peso sobre el campo y pasar de ser capitán e indiscutible a estar en el banquillo?

Ha sido duro permanecer tanto tiempo lesionado tras las dos operaciones de rodilla a las que me sometí. Volví en Zaragoza con Portugal y me rompí de nuevo. Sientes impotencia y envidia porque mis compañeros estaban haciendo historia y yo no les estaba ayudando. Cuando estás acostumbrado a pelear por la salvación da rabia no vivir todo esto.

¿Ahora tiene y siente la confianza del entrenador?

Marcelino me ha ayudado mucho porque es un gran psicólogo. Al llegar a Santander habló mucho conmigo y me dio ánimos. Su mejor virtud es que tiene a toda la plantilla enchufada. No deja que te duermas y eso puede hacer que al final nos metamos en la UEFA.

Ustedes, los jugadores, suelen ser cautos a la hora de hablar de objetivos pero, dígame: ¿En el vestuario del Racing se oye mucho la palabra UEFA?

Por supuesto. Estamos quintos y vamos a luchar hasta el final por ella. Tenemos mucha hambre y eso es clave. Sabemos que las oportunidades pasan una vez en la vida y hay que aprovecharlas Hablamos de ello porque tenemos la UEFA a tiro. Hay que soñar y pelear para darle un premio a la afición. Si estuviéramos a ocho puntos de entrar en Europa sería una utopía, pero no es así. La tocamos con los dedos.

¿Cuál será la clave para lograr ese ansiado sueño?

En El Sardinero estamos muy fuertes y la gente está enganchada y va a muerte con nosotros. Con su apoyo podemos conseguirlo. Hay que tener tranquilidad porque no estamos acostumbrados a pelear por cosas tan grandes. Ganando al Espanyol este domingo daríamos un golpe de autoridad porque la gente de fuera de Cantabria cree que nos desinflaremos. Que sepa la gente que no es así. Querer es poder. Nadie daba un duro por nosotros y mira dónde estamos...

¿Y qué cree que sucederá con el futuro de Marcelino?

Todo este gran ambiente que hemos vivido en las últimas semanas le ha influido. Basta con escucharle en las charlas que nos da para darte cuenta. Él es del norte y está muy apegado a esta tierra, pero el Racing no puede competir con clubes más grandes. Aun así le digo una cosa: en el fútbol no todo es el dinero. Marcelino lo sabe. Él le da importancia a su progresión deportiva. Le hemos tocado la fibra y eso puede hacer que se quede. Haga lo que haga, seguro que acertará.

¿Y Casquero, acertó?

No. Fui compañero suyo, aunque no llegamos a ser amigos, y siempre se comportó bien. No le reprocho tanto el que marcara, porque igual yo también lo hubiera hecho. Falló al celebrarlo así. Ese miércoles tuve un bajón muy grande.

Pero la victoria ante el Recre ha devuelto la ilusión.

Sí. Es tremendo. No sé que pasará si jugamos la UEFA. Todo lo que está sucediendo en la ciudad, no sólo en el club, puede ser un punto de inflexión y haga que el Racing sea un nuevo Superdepor. Con este vestuario es posible; es el mejor en el que he estado. Antes venían muchas estrellas que no se involucraban. Yo era capitán entonces y tuve que poner las cosas claras a alguno aunque se enfadaran. Esta vez todo es distinto. Munitis, que es un ejemplo a seguir y para nosotros es como Raúl al Madrid, dice que lo que ha visto este año no lo había vivido ni jugando la Champions.