NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Miguel Ángel Revilla

"Sé que hago el ridículo en los palcos, pero disfruto como un forofo"

Preside Cantabria a sus 65 años, pero es conocido en toda España por la devoción a su Racing. Cree en la remontada y aún medita declarar día festivo si se alcanzara la final.

Miguel Ángel Revilla

¿Qué sensaciones tiene antes del trascendental partido de Copa ante el Getafe?

Lo veo difícil, la verdad. Ellos son uno de los mejores equipos de España porque tiene dos onces buenos y nosotros sólo uno con dos o tres variantes apañadas. Vi al Albín, un suplente, ante el Benfica y aluciné. Lo bueno que tendrá el Racing es el gran ambiente que va a haber. El Sardinero será una olla a presión y eso hará que, aunque nuestros jugadores no son tan buenos como los del Getafe, sea posible ganar y remontar.

Juegue a ser entrenador. ¿Cómo debe plantearse el partido para lograr ese objetivo?

Hay que juntar las líneas y explotar el contraataque. Es vital no volverse locos. Con 2-1 allí habríamos pasado seguro. Pero ilusión hay para alcanzar el milagro. Aquí ya les ganamos 2-0 en Liga. Tenemos más posibilidades de ir a Europa por la vía liguera... Sería la leche. Ahora que tenemos el aeropuerto de Parayas con enlaces diarios a toda Europa, quiero viajar mucho el próximo año con el Racing. ¡Que nunca salgo de España!

¿Cuál es la clave del éxito de este Racing triunfal?

Que es muy difícil marcarle y que tiene una gran condición física y un técnico que ha sabido sacar lo mejor de cada uno. Marcelino no cree en las individualidades, sino en el bloque. A él le traen a Ronaldinho para su equipo y no lo quiere.

Sí sabe, sí. ¿Quién le inculcó esta afición tan apasionada por el fútbol?

Pues yo no había visto un partido hasta los 11 años porque nací en un pueblo a dos mil metros de altura (Polaciones) y allí nadie jugaba. Me metieron en un colegio en Santander y en la ciudad empezó todo. En aquellos tiempos sabía de fútbol porque escuchaba la radio. Todos los domingos me iba con mis amigos a ver al Racing. Fui socio infantil y ahora seré de los vivos que más partidos han visto. Desde entonces voy siempre al Sardinero. Únicamente me gusta ver partidos allí. Estoy como en casa.

¿Y fuera no?

Sólo he acudido a tres partidos a domicilio. Uno en Oviedo y tres en Madrid. En Bilbao, donde estudié, también fui a San Mamés. ¡Cómo no!

¿Y no sufriría menos siendo del Barça o del Madrid?

A mí no me dicen nada esos equipos. Soy del Racing porque me gusta su cantera y su gran historia. He disfrutado mucho viendo a muchos cántabros triunfando fuera como Marquitos, Gento, Miera, Pachín, Santillana, Aguilar, Juan Carlos, Santamaría... Tenemos grandes deportistas de la tierra.

¿Y usted pudo ser uno de ellos o nunca jugó al fútbol?

Sí jugué, y era muy malo. Mi hermano, que el pobre se mató muy joven, jugó en Tercera y fue preseleccionado para el juvenil de Cantabria. Los dos éramos extremos derecha. Él era mejor que yo. A mí se me daban mejor los estudios...

Muchos dicen que su afición por el Racing, algunas veces desmedida, podría ser una estrategia política

Esto es un pueblo. A mí me conocen aquí hasta las ratas. Digo lo que pienso. Soy un forofo y me encanta y por eso no me gusta ir a los palcos. Soy un malísimo espectador. Hago el ridículo. Allí están todos quietos y yo, cuando marca mi Racing, no me puedo reprimir. O me levanto o me da algo. No hago un papel. Me comporto como lo he hecho siempre. Por ejemplo, el baloncesto no me gusta nada. Pues no voy y punto. Sin embargo, me encanta el ciclismo. Puse la tele en mi despacho para ver el Tour y la Vuelta. Es el deporte más sacrificado y el peor pagado.

¿Y no puede manchar su carrera política con comportamientos como el que tuvo en el palco del Bernabéu?

Por eso no quiero ir a los palcos. Aquel día del que habla fui invitado por Florentino. Antes de entrar al estadio con mi mujer me crucé con un minusválido de la Peña Verdiblanca. Me vino llorando y me pidió, por favor, que la llevara en el palco y no me la quitara. Le juré que lo haría y que si no me dejaban entrar me iría a la grada.

¿Y lo cumplió?

Claro.

¿Cómo lo hizo?

Al llegar a la puerta las azafatas no me dejaban entrar así. Expliqué lo que me había pasado. Vino Florentino y me dijo que no era posible. Lo entendí y le dije que me iba. Después me permitió entrar. Ahora garantizo que cuando vaya a Madrid la final de la Copa volveré a llevar la bufanda.

Pero antes hay que ganar esta noche. Usted, que está acostumbrado a dar mitines, ¿qué discurso pronunciaría a la plantilla para motivarla y alcanzar ese sueño de la final?

Ahora no hay que decirles nada. Pero una vez sí que mi charla fue fundamental...

¿Cuándo?

Bueno, no hay una intervención clave, sino dos. En la primera me arriesgué mucho porque si me llega a salir mal ahora estaría en la bahía con una piedra al cuello y fondeao.

No será para tanto.

Sí, sí. Hace tres años el club estuvo a punto de descender a Tercera porque no se pudo hacer la ampliación de capital. Yo, que soy partidario de que los gobiernos no están para invertir en el fútbol sino para hacer carreteras, hospitales y escuelas; estudié la posibilidad de intervenir porque, seamos claros, Cantabria es conocido por el Racing. Avalamos 2.500 millones de pesetas hasta que llegara un comprador.

¿Y su otra intervención?

En esas mismas fechas nos jugábamos la vida ante Osasuna (entonces en Champions) en el último partido de Liga para no descender. Si lo hacíamos, nadie compraría el club. Y todos lo daban por perdido. Entonces Nando Yosu pidió que yo diera la charla al equipo en el hotel en la previa al partido. Lo hice. Fui al Milagros Golf. Los reuní en un aula durante hora y media.

¿Qué me dice?

Como lo oye. Les mentalicé de todo lo que nos jugábamos. Les dije: 'Sois peores, pero en un partido se puede ganar a cualquiera'. Los nombré uno por uno. 'Moratón', le dije. '¿Cuánto mides? 1,88 me dijo. ¿Y a ti te va a llevar un balón de cabeza un tío con apellido sospechoso (por Milosevic) de 33 años que es un mercenario?, le contesté. Así arengué tío a tío. Luego les puse una pulsera a cada uno como ésta (se señala orgulloso una que luce de Santo Toribio de Liébana). Se la puso hasta Aouate que no es cristiano.

¡Qué poder de convicción!

Y hubo más. Les grité: 'Si ganáis os voy a invitar a que conozcáis donde nací y cuando lo veáis comprenderéis que cualquiera puede llegar a donde se proponga. A mí me ponen a ZP o a Rajoy delante y me los meriendo en un debate. Salir y darnos una alegría a todos'.

¿Y qué pasó?

Que en el minuto 89 marcó Osasuna y no nos valía ni el empate. En el 90 igualamos y en el 92 fallamos un penalti. El portero rechazó a córner y en esa jugada marcó Alfaro con la espalda. Lo logramos. Les invité a una comida que me costó más de 200.000 pesetas de mi bolsillo. Vendimos el equipo, recuperamos el aval y no pusimos dinero. Pusimos riesgo. No podíamos dejar a una afición sin fútbol.

¿Y por qué no repite esa charla esta misma mañana?

Ahora no hace falta porque tenemos un grandísimo entrenador y psicólogo. Controla todo. He comido cuatro veces con él para conocerle, porque con el de antes (Portugal) no me llevaba. Y sólo por opinar.

Le negó el saludo a usted.

Así fue. Y todo porque le dije que debía poner a Garay. Pues mira, ahora es el que más vale. Hay que ser tolerante porque, si yo no me hablara con el que escribe cosas en contra mía, estaría apañao.

Entonces está mucho más contento con Marcelino.

Sí. Éste es sencillo y humilde. No quiere gente que le distorsione un vestuario. Puso esa condición al llegar. Su líder es Munitis porque es ejemplar. Ha fichado a jugadores que estaban desahuciados como César Navas, Colsa y Jorge López y les ha revalorizado. Sólo cree en el bloque. Me llegó a decir que Zigic no era importante para su esquema y que le daba igual si se iba.

¿Cree que se quedará?

Si me lo pregunta hace unos meses le diría que no, pero ahora hay muchas posibilidades de que sí. Yo soy de una teoría: hay que vivir donde a uno le quieren y a él no le van a tener más cariño que aquí. Yo apuesto a que se queda.

¿Ha pensado que hará si se pasa la eliminatoria de Copa?

No quiero pensarlo. Lo que sé es que 50.000 cántabros irían a la final. Aquí no quedará nadie. Me piden que declare festivo ese día pero hay que quitar otro. Y qué dirá la Bien Aparecida Veremos.

¿Qué prefiere: jugar la final de Copa o la Champions?

Ganar la Copa. He soñado con una final Racing-Barça. El 90% de la gente estaría con nosotros. Y tenemos 50.000 cántabros residentes en Madrid...

Usted dijo que Cantabria le ponía. ¿Y que jugador le produce una sensación similar?

Munitis. Yo soy el culpable de su fichaje. Se lo dije al dueño. Cueste lo que cueste. Es la bandera. Engancha y hace socios. Después aconsejé fichar a Colsa y a Luis Fernández. Lo de De La Peña no salió porque tenía un contrato publicitario que le ligaba al Espanyol. Eso si, el mejor activo ahora es Garay. Es un cacho de jugador. Duscher también me gusta. Está jugando con ¡9 kilos y 200 gramos! menos que en el Depor. Otro milagro de Marcelino.

¿Se intentará lo de De la Peña en un futuro próximo?

Me gustaría. Mi política no es como la del Athletic pero el 50% de la plantilla debe ser de la región. Eso engancha. El único vínculo de los extranjeros con el Racing es el contrato.

A Helguera no me lo ha nombrado para esa cantabrización que usted desea. ¿Por qué?

Porque no quiso venir en su día. Como Granero y De la Red. Quiero gente como Colsa. Es un diesel y un profesional. Jugar como lo hizo hace días, habiendo enterrado al padre días antes, es para aplaudirle.

Por último. ¿Esta euforia es pasajera o puede ser el germen de otro 'Superdepor'?

Deseo que sea así. Si Marcelino se queda la temporada que viene estaremos igual. Él ha reconvertido al equipo. Mira Toño. Yo llegué a decir que era un manta. Y él me dijo: tengo que averiguar que le ha pasado porque es uno de guardametas de España. Yo soplé. Y ahora es un porterazo.

¿Me da un pronóstico?

2-0 y a la final.

Mucha suerte presidente.