C. P. R. son las siglas de un presunto individuo despreciable. Y recalcamos el termino presunto para cubrirnos las espaldas. Porque en este país, llamar por su nombre a este tropel de personajillos (presuntos ¡por Dios!) ruínes, cobardes y despreciables, encima te puede costar la denuncia, el oprobio y el clásico lío jurídico montado por el interfecto o por sus acólitos. ¡Inconcebible!
C. P. R. son las iniciales de Cafre, Patético, Ruín. Un antibético. Un monstruo. Un asocial. El fulano que, a los 65 minutos de partido, lanzó con la valentía de quienes se sienten camuflados entre la masa una botella llena de agua, Y tuvo puntería el animalito. ¡Vaya que sí! El misil le dio en la cabeza a Armando, un pedazo de persona, conocedor del sufrimiento (vivió un encierro siendo portero del Cádiz). Nada más verle caer fulminado al suelo nos temimos lo peor. El de Sopelana no es de esos que le echen teatro. Es un señor que se viste por los pies. La misma historia de aquel nefasto 28 de febrero de 2007 cuando otras cobardicas siglas dejaron KO a Juande Ramos en un Betis-Sevilla de Copa y que tantísimo daño hizo al equipo helipolitano con unos comités que se cebaron con él en forma de cierre por tres partidos del recinto deportivo.
Pero la afición de Betis es grande. Como uno solo, se fueron a por el aficionado de la botellita a quien señalaron y retuvieron hasta que las fuerzas de seguridad, más que detenerle, le rescataron de un linchamiento seguro. Porque la gente estaba indignada. Encrespada. ¡Son conscientes de que el daño que se puede hacer al equipo de sus amores es irreparable!
Parece ser que C. P. R. no es socio del Betis. ¡Y qué más da! Es un gamberro. Un impresentable. ¡Merece el exilio deportivo por los siglos de los siglos!
Con Armando en el suelo y con una herida debajo de su ojo derecho, quien más quien menos barruntó lo peor. El Athletic no podía hacer sustituciones porque ya había realizado sus tres cambios. De manera que Clos Gómez, como hiciera Undiano Mallenco cuando el hoy entrenador del Tottenham corrió la misma suerte, decidió suspender el partido. Ganaba el Athletic por 1-2 tras un gol de penalti marcado por David López a los 63 minutos. Penalti absurdo cometido por Juanito sobre Etxeberría. No estaba siendo un buen partido de fútbol. Pero por lo menos tenía emoción e intensidad. Mark González, una vez más el mejor. Pero era un bonito espectáculo. Hasta que se lo cargó un jeta (presunto of course) de siglas C. P. R. De verdad. ¡Qué asco me da esto!
El reglamento. Competición prefiere la reanudación
Aunque el Comité de Competición tiene libertad para tomar la decisión que quiera, lo normal es que decrete la reanudación del partido, a puerta cerrada, a partir del momento en el que se suspendió. Así lo hizo con el Betis-Sevilla de Copa de la pasada temporada, suspendido en el minuto 57 tras el botellazo a Juande, y con el Valencia-Deportivo de Copa de hace dos temporadas. El Betis fue sancionado por tres partidos. Los gastos de desplazamiento corren a cuenta del infractor.
