Final en La Rosaleda

Huele a incienso en Málaga. Empieza la Semana Santa con La Pollinica compitiendo por el cariño de la afición blanquiazul. Tendrán que decidir si quieren procesiones o un verdadero espectáculo deportivo. Porque el Domingo de Ramos trae bajo el brazo una de esas mañanas con olor a ascenso. Y muchos lo prefieren al incienso, desde luego. Hay una auténtica final en La Rosaleda. Llega a la Costa del Sol el Elche del irrepetible David Vidal. El conjunto ilicitano ha dado un giro de 180 grados a sus aspiraciones. Quinto, con 44 puntos, puede engancharse al tren de los candidatos si se impone en el campo más complicado de la categoría. Si vence, estaría a seis del Málaga y con el golaverage a su favor. No es poco. Su rival está en las antípodas de esas cuentas. Muñiz sabe que si deja a 12 puntos al Elche, se habrá quitado a un aspirante de encima. Números para antes de partidos...

El Elche-Málaga de la primera vuelta puso de manifiesto que las estadísticas descansan durante 90 minutos. Los blanquiazules cayeron en el Martínez Valero tras sus siete victorias iniciales. Mucha culpa de ello la tuvo la pareja de ataque ilicitana: Williams-Miguel. Poderío físico. Se las vieron en las alturas con la pareja de centrales más solvente de Segunda, Hélder y Weligton. Los zagueros del Málaga nunca han sufrido tanto como ante ellos. Vidal lo sabe y vuelve a juntarles en el campo. Saltarán chispas.

Tiene ganas el Málaga de lavar aquella mala imagen, aunque el vestuario lleva toda la semana huyendo del término revancha. Tampoco se medirán al mismo Elche. Porque ahora es un conjunto más dinámico, guiado por las directrices de Rodri. Ya no quiere volver a la zona templada, por eso el club alicantino solventó algunas deudas antes de este partido tan crudo, tan duro. El Málaga no es cualquier rival. Sólidos, físicamente como toros, el ejército de Muñiz no concede segundas oportunidades. Vidal lo sabe e irá a por todas.