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Primera | Valencia 1 - Sevilla 2

Letal Luis Fabiano

Se hunden con Koeman y el Sevilla, en Champions

Óscar Megía
<b>OTRO TROPIEZO. </b>El Sevilla se deshizo anoche de un Valencia que sigue sin tocar fondo con Ronald Koeman al frente.
OTRO TROPIEZO. El Sevilla se deshizo anoche de un Valencia que sigue sin tocar fondo con Ronald Koeman al frente.alberto iranzo / david gonzález

El Valencia camina a la deriva de la mano de Ronald Koeman. El técnico holandés sigue empeñado en borrar cualquier recuerdo de equipo grande que se ganaron los blanquinegros hace apenas unos años. Y lo está consiguiendo. Habría que preguntarle qué excusa se va a inventar ahora para justificar la imagen que ofrecieron anoche los suyos. En la previa, cargó contra sus futbolistas, la prensa y la directiva para defender lo indefendible. Que este Valencia, con él en el banquillo, no funciona. Y, según él, no es el culpable.

Pues menos de un cuarto de hora es lo que necesitó el Sevilla para desnudar a los de Mestalla. La diferencia entre ambos equipos desde el pitido inicial era abismal. Simplemente, unos sabían a lo que jugaban y los otros se limitaban a estar plantados sin tener muy claro qué es lo que debían hacer para superar a su rival. Así, Kanouté avisó a los tres minutos. Poco después, Luis Fabiano erró en un mano a mano con Hildebrand. Dos avisos que dejaban claro que los de Jiménez iban en serio. Y tanto que en el 11' Luis Fabiano los puso en ventaja. Lo hizo con un lanzamiento de falta, con la ayuda de Hildebrand, empeñado también en alimentar en cada partido que juega la necesidad de fichar otro portero.

Era el 0-1, pero parecía que el partido estaba 0-5. Y eso que aún quedaban 80 minutos por delante. Pero ni por ésas. El Sevilla era el dueño del balón, del juego, de las oportunidades... Y llegó el segundo de los de Nervión. El estado de gracia por el que atraviesa Luis Fabiano también le sirve para marcar goles de rebote, ya que desvió un disparo de Keita para subir el 0-2.

En ese momento, el Sevilla se tomó un respiro. Se veía tan superior que no necesitaba pisar el acelerador. Porque el Valencia seguía perdido, con Villa como una isla arriba peleando cada balón, pero luchando siempre en solitario. ¿Y Koeman? Pues sentado en el banquillo, impotente ante el juego de los suyos y protestando cada decisión del árbitro como único recurso. Nervioso porque, por mucho que diga, su futuro en el Valencia es cada día más negro y la eliminación copera ante el Barça puede costarle el puesto.

Nuevo dibujo.

El paso por el vestuario tampoco arregló nada. De hecho, Koeman tiró a la basura los 13 primeros minutos del segundo acto, los que tardó en dar entrada a Morientes para cambiar su obtuso 4-3-3 por un 4-4-2 con el que el Valencia se encuentra más cómodo. Y así llegaron las primeras ocasiones locales. Silva y Mata pudieron recortar distancias, pero la más clara la tuvo Luis Fabiano para firmar un hat-trick. No acertó. Y ya no hubo más porque unos no podían y los otros no querían. Albiol marcó en el 90', pero ya no había tiempo para más.