El Madrid desaparece en Riazor

Deportivo 1 - Real Madrid 0

El Madrid desaparece en Riazor

El Madrid desaparece en Riazor

REUTERS

Un gol de Pepe en propia puerta condena al Real Madrid, que volvió a ofrecer un partido plano.

Real Madrid y Barcelona han convertido la Liga en un carrusel en el que cuando uno sube, el otro baja. El Madrid sigue empeñado en que la Liga tenga emoción y acudió a su tradicional cita anual con la derrota en Riazor, donde dejó una imagen muy pobre y preocupante. Hay días en los que llegaron los puntos sin un buen juego y otros en los que el buen juego no tuvo su recompensa en puntos. Contra el Deportivo no hubo ni fútbol ni puntos para el líder. La victoria se la mereció el conjunto que entrena Miguel Ángel Lotina. Tampoco mostró mucho, pero suficiente para tumbar a este Madrid cada día más desconcertante.

Bernd Schuster volvió a mover las piezas para tratar de sacar al Madrid del letargo futbolístico en el que vive desde el comienzo del año. Imaginamos que desde el banquillo ve en su equipo los mismos problemas que observamos los demás y por eso busca alternativas nuevas cada semana. En Riazor la jugada no le salió bien. Drenthe ocupó el puesto de Robinho, pero pese al interés que le puso apenas generó fútbol por la banda. A falta de 20 minutos, Schuster deshizo el cambio y buscó a Robinho para intentar repetir la jugada de Huelva y dar algo de luz a un conjunto que juega con los faros apagados desde hace tiempo.

Peor fue lo de Soldado, condenado a lo más profundo del banquillo durante todo el curso y que se encontró con la titularidad por la baja de Van Nistelrooy. No completó el encuentro y abandonó Riazor sin disparar a portería. Pagó la falta de fútbol que sufre su equipo y no fue ni una alternativa en ataque para sus compañeros ni una amenaza para el rival. Ocupó su puesto el argentino Higuaín.

Esta vez sí tuvo el Madrid la posesión de la pelota, pero tener el balón no significa dominar el partido, porque quien lo tuvo todo bajo control fue el Deportivo. Mantuvo el orden en todo momento, se replegó con rapidez y sentido y buscó hacer daño al Madrid al contragolpe. Sólo con eso derrotó al líder de la Liga, que no gana en A Coruña desde 1991. Y es que el Madrid dio una imagen muy pobre, sin capacidad de creación en el centro del campo, ausente en ataque y dubitativo en defensa. Es cierto que el Deportivo tampoco le exigió mucho, de hecho Casillas apenas tuvo que intervenir, pero cuando lo hizo la defensa blanca se mostró nerviosa e insegura.

En el lado contrario, Lopo dirigió con mano firme la defensa coruñesa, Lafita puso la imaginación y el talento y Xisco se peleó con los defensas madridistas para abrir huecos a sus compañeros, en un trabajo de desgaste que supo premiar Riazor.

El castigo a su pobre juego le llegó al Madrid de la forma más cruel, porque cruel fue que su mejor futbolista, Pepe, se marcara en propia puerta. Buena jugada por la izquierda de Filipe Luis, que aprovechó la gentileza de los defensas del Madrid para llegar hasta la línea de fondo. Su pase fue convertido en gol por el central, uno de los pocos que estuvo a la altura.

El último recurso de Schuster fue retirar a Heinze, retrasar a Diarra al lateral izquierdo y dar entrada a Baptista, que estuvo tan perdido como en semanas anteriores. Buscó el empate el Madrid, con más entrega que juego, pero el Deportivo supo mantener la cabeza fría para mantener el orden y asegurar los tres puntos.