"El Madrid me vino a fichar y dije no; me arrepentiré siempre"

¿Qué es lo primero que se le pasa por la cabeza al pasear por Madrid (Hidalgo estuvo en España para participar en una charla de la asociación franco-española 'Diálogo')?

Madrid es la capital del país de mi padre (su padre nació en Valladolid, pero emigró a Francia en la Guerra Civil) y luego me viene el nombre del equipo más grande del mundo.

¿El más grande?

Sí. Yo jugué con el Stade de Reims ante el Madrid, que era el mejor club de Europa.

Háblenos de aquella final de la Copa de Europa de 1956.

Era la primera final de clubes campeones. Nosotros habíamos ganado a equipos de grandes países y estábamos ante un Real Madrid con Gento, Di Stéfano, Rial y los otros Era un equipo mítico. Habíamos empezado 1-0, llegamos al 3-2 Y perdimos.

Usted marcó el 3-2. Y entonces la Copa era de ustedes.

Aquello fue un milagro. No soy demasiado alto y los defensas del Madrid me sacaban 15 centímetros. Y marqué de cabeza. El segundo milagro hubiera sido que ése hubiera sido el gol vencedor de la final.

El Madrid anotó dos goles después.

Sí, pero Di Stéfano ganó él solo aquel partido.

¿Cómo era Di Stéfano?

Magnífico, un gran luchador y un gran goleador.

¿Qué recuerda de aquel Madrid?

Era extraordinario. Todo el mundo recitaba de memoria los nombres de sus jugadores. Aquel Madrid tenía una imagen fantástica, de fútbol de calidad y de grandeza.

¿Y el de hoy?

Hoy hay más clubes que tienen gran notoriedad y, sin embargo, el Madrid permanece entre los mejores del mundo. Sigue estando arriba. Es el club de todas las épocas.

Y volviendo a aquel primer Madrid campeón de Europa, usted acaba de decir maravillas de Di Stéfano, ¿se atrevería a afirmar que fue el mejor jugador del mundo?

Di Stéfano forma parte de una quinta de grandes jugadores junto a Maradona y Pelé. Pero si tuviera que elegir, por títulos, elegiría a Pelé. Por técnica, el mejor fue Maradona. Él solo ganó el Mundial con Argentina. Por comportamiento en el campo me quedo también con Pelé porque Maradona...

En la segunda final de Copa de Europa que disputa el Stade de Reims en 1959 ante el Madrid y que pierde por 0-2 ya no estaban ni usted ni Kopa, que ya jugaba en el Madrid.

Kopa ya había fichado por el Madrid cuando disputó aquella primera final de Copa de Europa del año 1956. Y, curiosamente, en aquella final, no se le vio. En aquellos años era excepcional que vinieran a buscar a un francés de otros países. Sé que no fue su voluntad no jugar bien contra el Madrid. Kopa era entonces el mejor futbolista de nuestro país, pero en esa final no existió. Y luego fichó por el Madrid. Aunque Kopa-Di Stéfano, mmmh (hace un gesto gráfico con los dedos índices enfrentados).

¿Que no se llevaban bien?

¡Está claro! Los dos eran delanteros... y por eso Kopa tuvo que irse a la banda.

Y luego el Stade de Reims sin Kopa, desapareció.

El Stade de Reims eran dos hombres: su entrenador, Batteux y Kopa. Batteux, de hecho, ha sido el mejor entrenador francés del siglo. Tenía la visión más bella del fútbol.

Antes de ser usted seleccionador francés, jugó en el Mónaco. ¿Cómo se llevaba con la familia real monegasca?

Yo jugué en un equipo principesco y también me ocupé de la educación deportiva de Alberto y Carolina. Alberto hacía bobsleigh, pero Carolina no hacía ningún deporte. Y con la princesa Grace solía jugar de vez en cuando al futbolín. Era una familia magnífica.

En 1970 llega a la Federación Francesa y en 1976 le nombran seleccionador nacional, el año que debuta Platini.

Platini estaba en el equipo olímpico. Tenía 19 años y le convoqué en mi primer partido. Era un chaval muy educado. Al llegar a la convocatoria iba saludando uno por uno a todo el mundo. Tengo una anécdota buenísima de su debut...

Cuente, por favor.

Llevaba 15 minutos en el campo. Jugábamos contra Checoslovaquia y el árbitro acababa de pitar una falta desde los 25 metros. Platini se dirigió al capitán de Francia, Henri Michel, y le dijo: "Dame el balón". Michel se preguntó que quién era ese chaval que le pedía la pelota y, como un desafío, le respondió: "Ah, ¿que quieres el balón?, pues toma balón". Y así Platini marcó su primer gol con Francia.

¿En ese detalle vio ya a un Platini grande?

Son detalles de un gran jugador, del mejor jugador francés de todos los tiempos: carácter y confianza en sí mismo.

¿Platini mejor que Zidane?

Platini fue tres veces máximo goleador de la liga italiana. Zidane ha sido un jugador magnífico, pero no marcó bastantes goles. El presidente de la Juventus, Agnelli, respondió del siguiente modo ante una pregunta que le hicieron sobre cuál de los dos era mejor, ya que ambos habían jugado en su club. Él respondió: "Ver jugar a Zidane nos ha dado mucho placer; Platini, muchas victorias". ¡Una frase magnífica!

Y en 1982 en el Mundial de España usted estuvo a punto de tocar con Francia el cielo de Sevilla en aquella semifinal ante la Alemania de Schumacher, Stielike, Rummenigge...

Me acuerdo de Sevilla, de su cielo azul... pero sobre todo me acuerdo... de su noche negra.

¡Ay, la noche negra!

Fuimos eliminados en aquella semifinal injustamente. El árbitro no nos ayudó. Schumacher le rompió dos dientes a Battiston y le provocó un traumatismo craneal. Cuando Battiston fue llevado en camilla le temblaba la mano aparatosamente y Platini se la cogió para que el público no le viera así. Y el árbitro no señaló nada.

Pero en 1984 tuvieron su premio: la Eurocopa.

Los jugadores después de lo de Sevilla querían dejarlo, pero, por suerte, nos regeneramos. La Eurocopa de 1984 se celebraba en Francia. Era una manera de borrar lo de Sevilla, aunque no lo pudo borrar del todo. Lo atenuó.

Y en el Parque de los Príncipes, en el mismo escenario donde el Real Madrid le arrebató la Copa de Europa siendo jugador, usted ganaba la Eurocopa... ante España.

Ganar una Eurocopa es más difícil que ganar un Mundial porque en una Eurocopa no hay pequeñas selecciones. Tuvimos que superar en semifinales a Portugal en el último minuto de la prórroga.

Y el fallo de un gran portero, Arconada, abrió el triunfo francés. ¿Cómo lo explica?

Nadie se explica cómo el balón le pasó por debajo. Estaba apoyado sobre el balón y se deslizó como se desliza el hueso de una fruta. Todavía sufro por él... Menos mal que marcamos un gol más... Por él.

Y después de ganar la Eurocopa, estuvo a punto de fichar por el Madrid. ¿Cómo fue?

En realidad fue antes de ganar la Eurocopa porque estaba en el entrenamiento de Font Romeu y el Madrid mandó un avión a Perpignan para llevarme a Madrid. Pero quería descansar después de nueve años en la Selección. (Ya fuera de entrevista reconoce que no dominar el idioma español fue un hándicap para él).

¿Se arrepintió?

Me arrepentí porque hubiese sido una gran vivencia entrenar al Real Madrid. Mi padre era español... Pero son momentos de la vida. También me ofrecieron ser ministro francés del deporte, pero la política no era mi vida. Yo había sido obrero en una fábrica y llegar a ser ministro era algo impensable.

Y este año hay Eurocopa. ¿Cómo ve a España?

España es un gran país de fútbol, por sus clubes y sus jugadores, pero a su equipo nacional le falta una recompensa. España se merece ganar una Eurocopa, un Mundial.

¿Y qué siente que le falta a España para ser campeona?

No siento que haya una verdadera voluntad de dar prioridad a la Selección. A España le falta continuidad con el técnico, con la Federación.

¿Qué piensa de Aragonés?

No lo conozco, pero no siento que haya una ósmosis entre el entrenador y el mundo del fútbol. España, por calidad, se merece un gran título, pero le falta algo...

¿Qué le falta?

No debo dar lecciones a un fútbol como el español.

Imagine que usted es seleccionador de España, ¿llevaría a Raúl?

No puedo emitir un juicio sobre eso. ¿Hay otra persona para ese puesto? No lo sé. Dormía mal cuando tenía que dar la lista de Francia, así que no pienso dormir mal por pensar en el equipo español. Eso se lo dejo a su seleccionador.