Liga de Campeones | Inter 0 - Liverpool 1
El Inter no fue rival
El Liverpool logra completar el póker de conjuntos ingleses en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Los "Reds" eliminaron a un Inter sin pegada y que acabó asfixiado por la presión de los hombres de Benítez. Fernando Torres, con un gol de bella factura, logró sentenciar el encuentro en la segunda mitad.
El Liverpool de Fernando Torres llegaba a la caldera de San Siro con pie y medio en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Los dos goles conseguidos en Anfield permitían a los de Benítez afrontar la vuelta con una ventaja más que suficiente para manejar el partido a su antojo. Enfrente tenían a un Inter mermado por las bajas que no podía contar con sus dos centrales titulares, Materazzi y Córdoba, y que depositaba todas sus opciones en su estrella Ibrahimovic.
El Liverpool salió exitoso de su primer objetivo del partido, frenar la tan temida salida en tromba del Inter. La presión ejercida por el conjunto inglés en la medular del terreno de juego impidió a su rival hacerse con el control del balón y llegar con claridad a la portería de los "Reds". Con esto, la primera ocasión del encuentro estuvo en las botas de Cruz con un disparo desde la frontal del área que logró desviar con apuros Reina.
Las alternativas de poder entre ambos conjuntos provocaron que se llegase a la media hora de juego sin un dominador claro. El reloj avanzaba y los locales se mostraban faltos de ideas para acabar con la presión a la que se estaban viendo sometidos. Fue entonces cuando Torres dio el primer aviso. El español se aprovechó de un resbalón de Cambiasso en el área para probar a Julio César, que logró mandar el balón a saque de esquina. El Inter no tardó en responder. Ibrahimovic, con un destello de la calidad que atesora, logró habilitar a Cruz en la que fue la ocasión más clara de la primera mitad, pero el argentino cruzó demasiado el balón.
La excelente colocación en defensa, acompañada de una incesante presión de los centrocampistas y delanteros ingleses, le sirvió al Liverpool para marcharse a los vestuarios con la eliminatoria totalmente controlada ante un Inter que sólo mostró peligro en algunas jugadas aisladas.
Los interistas tenían por delante cuarenta y cinco minutos en los que estaban obligados a mejorar bastante para tener alguna posibilidad de poner en apuros a su rival. El conjunto italiano no se mostraba capaz de elaborar un fútbol fluido con el que encerrar al Liverpool en su área. Para los de Benítez todo iba según el guión previsto.
Burdisso, expulsado y Torres sentencia
Con la reanudación nada cambió. Durante los primeros minutos del segundo acto los locales no lograron liberarse de la presión rival. La situación de los de Mancini se complicó aún más con la expulsión de Burdisso. El defensa italiano vio su segunda amarilla por una falta sobre Lucas Leiva en la que entró con la planta por delante.
Con un hombre menos el Inter dejó clara sus intenciones y basó su juego en un carrusel de balones aéreos. El Liverpool tenía todo de cara, el resultado de la ida, el de la vuelta y la superioridad numérica. Aún así, Ibrahimovic estuvo cerca de lograr la machada y subir el primer tanto al marcador, pero el sueco pecó de egoismo y mandó su disparo fuera cuando Cruz estaba en posición inmejorable para rematar.
Fue entonces cuando apareció por primera vez en el partido la estrella de los "Reds". Primer balón con peligro para Torres y primer gol. El ex-atlético recibió un pase de Fabio Aurelio y se fabricó un gol marca de la casa tras revolverse y sorprender a Julio César con un disparo ajustado que se coló junto al palo derecho.
Con el gol, San Siro y el Inter bajaron los brazos definitivamente. El gol de Torres elevaba la posible remontada a la condición de épica. Las gradas pasaron de arder a congelarse y Mancini dio la muestra más clara de que todo estaba perdido retirando a Vieira para darle descanso.
El Liverpool se cuela en los cuartos de final de la Liga de Campeones con una solvencia más que suficiente para ser uno de los conjuntos más temidos en el bombo del próximo viernes. Benítez dio un paso más hacia su tercera final de Champions en cuatro años con un planteamiento táctico perfecto.