El centrocampista se quejaba de problemas en la espalda desde finales de febrero. Frank Rijkaard había advertido repetidamente de que no estaba para jugar los partidos completos, pero la necesidad apretaba y la lesión de Rafael Márquez también influyó en que Touré Yayá contara con más minutos de los deseables.

Touré Yayá, centrocampista marfileño del Barcelona, tiene la intención de jugar los próximos partidos

infiltrado, a fin de calmar el dolor que le provoca la hernia discal que padece, y pasará por el quirófano a final de temporada, según confirmó hoy el propio jugador.

A la salida del Hospital de Barcelona, donde se sometió a una infiltración peridural, Touré insistió en que "lo importante es jugar", y descartó pasar por el quirófano en las próximas semanas para solucionar sus problemas en la espalda. "Puede que tenga que operarme, pero supongo que a final de temporada", explicó el jugador africano, consciente de que el equipo atraviesa "un momento difícil" por las lesiones.

Touré también confirmó que la infiltración le ha calmado el dolor y aseguró que estará en permanente contacto con los médicos para supervisar su evolución en los próximos días.

En un principio, los médicos del club determinaron la ejecución de un tratamiento conservador, pero teniendo en cuenta que no se han conseguido las efectos deseados, a Touré Yayá se le practicarán periódicamente infiltraciones peridurales, según un tratamiento que ha sido consensuado por los médicos y el jugador.