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Jon Erice

"No vine de vacaciones, sino a crecer jugando"

Llegó para apuntalar el centro del campo, pero hasta la fecha sólo ha jugado un partido. Encima fue ante el Córdoba, la última derrota del equipo. El mediocentro navarro está pasándolo mal. Se reivindica, quiere minutos, pero no culpa a nadie y se limita a continuar luchando por un sitio.

¿Se ve haciendo de Carpintero?

No, me veo haciendo de Jon. No estoy aquí para jugar en vez de nadie. No me tengo que fijar si está Carpintero, Hidalgo o Apoño. Confío en mí y soy capaz de jugar esté quien esté disponible.

De momento le está costando entrar...

Sí, el entrenador cree que no tengo que jugar. Pone a los once que considera que van a hacer mejor partido.

Tampoco se va a resentir el equipo si sale usted...

Bueno, si un futbolista nuevo juega se tiene que amoldar al equipo y no al revés. No tiene que notar la diferencia.

¿Cómo lo está llevando?

Mal. Siempre que no juego lo llevo mal, pero sigo trabajando y cada día yendo a más. No puedo estar contento, más en mi situación, habiendo sido padre hace poco y sin poder estar con mi mujer y mi hija. Pero yo vivo por y para el fútbol y necesito jugar. Si tiene que ser aquí, bien. O en otro lado. Me tengo que ganar la vida.

Se le ve muy decepcionado.

Sí, llegando nuevo y en esta situación personal, no es agradable encima no jugar. Tengo que convencer al entrenador. Yo pongo mi parte del trabajo, pero no depende de mí.

¿Tan dura es la competencia?

¿Dura? No, como en cualquier equipo. Tiene que ser la máxima siempre.

¿Se ve más fuera que dentro del once?

Me veo exactamente igual que la semana pasada. He dado todo lo que tengo para que el técnico me ponga.

¿Y cómo anda de esperanzas?

Hasta que el entrenador no da la charla y el once, mantengo las esperanzas.

Con el que se juega los cuartos esta semana es con Apoño.

No me fijo más allá de mí. Lo más normal es que elija a uno de los dos. La semana pasada él entró en el descanso y yo no jugué. Cada semana que pasa es una oportunidad perdida.

¿Qué explicación le encuentra a lo que está viviendo?

¿A no jugar? Ninguna. Mi trabajo no es buscar explicaciones, sino darlo todo.

Llegó como refuerzo y no juega, ¿tiene un sabor agrio?

Sí, un sabor muy amargo. Llegué la primera semana y jugué en Córdoba, desde entonces, ni un minuto. El entrenador tendrá sus motivos. Yo no pido explicaciones, ni él tiene que dármelas.

¿Le perjudica el hecho de que en principio no haya venido con opción de quedarse en el futuro?

No. Eso no lo tengo en cuenta. Si no, no habría pedido mi cesión. Seguro que cree que le puedo dar algo que no le puede dar otro. No bajo los brazos porque yo no he venido aquí de vacaciones, sino a crecer como futbolista y a ayudar al Málaga.