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Primera | Murcia

La plantilla encaja el palo de Samper y se centra en el Betis

La ratificación de Lucas Alcaraz devuelve la tranquilidad perdida

Quien esperara un amotinamiento del plantel tras la colección de reproches salidos de la boca del presidente, que siga esperando. En el día después a la 'tormenta' de acusaciones relativas a la falta de entrega, a las exigencias amplificadas a través de los medios de elevar las prestaciones que descargó Samper, nadie, al menos públicamente, osó a protestar, ni tan siquiera a quejarse. Todo lo contrario, el mensaje presidencial fue procesado desde el positivismo.

De entrada, y con el fin de evitar sorpresas, el departamento de comunicación del club eligió cuidadosamente a los dos futbolistas que debían salir a responder a las preguntas de los medios. Los nominados fueron Paco Gallardo y Richi -visualizados desde fuera y también desde el propio club como 'buena gente', como tipos alejados de un perfil problemático, poco dados a declaraciones altisonantes- y ninguno de los dos falló a su papel. Tanto el madrileño como el sevillano afirmaron que "la plantilla se toma las palabras del presidente a bien. Es el máximo mandatario, es el que manda, hace su trabajo y nosotros tenemos que intentar hacer el nuestro. Lo que ha dicho el presidente me parece fenomenal porque él está aquí y pone los máximos medios posibles para hacer la mejor plantilla pero el poder ganar los partidos dentro del terreno de juego es cosa nuestra" resumió el andaluz.

Para Richi, uno de los veteranos del plantel, una de las cabezas más reflexivas y más escuchadas de la caseta, "Samper mira a todo el mundo y lo que yo entiendo es que ratifica al entrenador porque cree en el trabajo, ha sido el técnico que ha conseguido subir al equipo, sobre el que ha girado el proyecto de esta temporada y él le ratifica demostrándole su confianza. Por supuesto que exige al entrenador pero también lo hace a los futbolista. Los que jugamos los domingos somos nosotros y todos tenemos nuestra responsabilidad y nosotros somos los primeros en asumirla y sabemos que sacar al equipo de donde está pasa por los once del campo". Una sesuda y pormenorizada disección de la charla-bronca del gran jefe que incluye lo que quizás en un primer momento pocos supieron-supimos ver y que esconde también un tirón de orejas al propio entrenador. Al que se ratificó, pero al que se le exige, más allá del reto formal de "salir a ganar" que remarcó el mandatario una exigencia implícita de exprimir al plantel, de elegir a los mejores y de imponer mano dura.

Entreno a fondo. Todo eso flotó en el ambiente de un entrenamiento que, más allá del gusto o disgusto provocado por el escarnio público, consiguió devolver el ambiente de normalidad perdido en los días en los que el propio plantel dudaba de la continuidad de Alcaraz, un extremo que el propio Gallardo confirmó: "Que el presidente de un golpe en la mesa y diga 'esto es lo que hay' a la plantilla le hace venirse para arriba. Se ha notado que nos la vamos a jugar todos contra el Betis. Si ganamos, sólo nos quedarán cuatro victorias, ¿y por qué no las vamos a conseguir en lo que queda? En el entrenamiento se ha notado lo que nos jugamos".