Primera | Atlético de Madrid
Aguirre se jugará el puesto contra el Barça
La crisis en el Atlético subió un escalón más en Pamplona. La derrota fue dolorosa y la imagen lamentable, por eso los dirigentes ya no tienen tan claro que Javier Aguirre vaya a acabar la temporada pase lo que pase. De hecho, una derrota no heroica ante el Barça podría ser su fin.
El silencio sepulcral (nunca mejor dicho) ha reemplazado en el Atlético al "Aguirre acabará la temporada pase lo que pase" que los dirigentes repetían como un mantra hasta hace bien poco. Pero la crisis se le está escapando de las manos al mexicano y el sábado ante el Barça afrontará su primer match-point. Si el equipo vuelve a naufragar con estrépito, el Calderón clamará por su despido y los dirigentes, ahora sí, están dispuestos a satisfacer a la grada y destituirle.
La continuidad de Aguirre lleva discutiéndose bastante tiempo en los despachos del Manzanares, pero Miguel Ángel Gil se había cerrado en banda, ya que un nuevo despido no ayudaría en nada a su cruzada por distanciarse de la imagen de club devorador de entrenadores que tiene el Atlético desde que su padre se hizo cargo de la entidad. Sin embargo, los tres fiascos en ocho días ante Athletic, Bolton y Osasuna lo han cambiado todo.
La sensación es que el técnico no encuentra soluciones para un equipo que se hunde por momentos y la afición exige una reacción, con Aguirre en el disparadero por los casos Riquelme y Maniche. Antes de que la crítica apunte más arriba, el club está dispuesto a entregarle la cabeza del mexicano.
Pese a todo, el Atleti se ha mantenido en zona Champions durante la tormenta, pero el colchón de puntos que tenía al final de la primera vuelta se ha agotado. El Barça llega crecido y una derrota posibilitaría que el Sevilla, lanzado, superase a los rojiblancos. El 0-6 del curso pasado sigue en el recuerdo y haría falta un resultado bastante menos escandaloso para acabar con Aguirre, pero su destitución genera varias dudas.
La más difícil de responder para los dirigentes es quién puede sustituirle. Al Atlético le gustaría acabar la Liga con un hombre de la casa y contratar a otro técnico de prestigio para guiar el próximo proyecto con Valverde, Benítez, Mourinho y Pellegrini como candidatos.
Pero el actual organigrama técnico no ofrece una alternativa convincente. El segundo de Aguirre es el también mexicano Ambriz, que se iría en el mismo barco. Esto deja dos nombres: el director del fútbol base, Jose María Amorrortu, y el técnico del filial, Abraham García, pero el primero lleva bastante tiempo apartado de los banquillos y el segundo es un proyecto al que no se quiere quemar en una situación tan difícil.
Viejos conocidos.
La otra vía es jugársela con un entrenador veterano que esté libre. Se barajan tres nombres: Radomir Antic, Javier Clemente y Lorenzo Serra Ferrer, pero a ninguno se le ofrecería más que unos meses de contrato, ya que no entran en los planes del Atlético para la próxima temporada. En esas condiciones, parece difícil que alguno acepte.
En cuanto al próximo curso, cada vez es más evidente que ni siquiera la Champions lograría que Aguirre siga en el Atlético. Aunque su contrato se lo garantiza (incluso si se mete en UEFA), ni el club ni el propio entrenador quieren prolongar una relación en la que ya no existe confianza por ninguna de las partes. El objetivo de todos es salvar de la mejor manera posible lo que queda de Liga e intentar, al menos, evitar la destitución. Pero...
De esto será juez el Barça, el peor enemigo posible en estos momentos. Llega en racha y resulta estremecedor imaginar el destrozo que su enorme arsenal ofensivo puede hacerle a la caótica defensa rojiblanca. Ya en la primera vuelta, cuando el Atleti vivía tiempos mucho mejores, los errores atrás permitieron un cómodo 3-0. Un resultado similar acabaría ahora con Aguirre. Los jugadores están con él y son su último reducto. Más les vale reaccionar ya o el lunes que viene habrá una triste despedida en el vestuario.