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Primera | Valencia

El juez decide en diez días si Albelda está despedido

Soler y Koeman se contradijeron El club fija en 4,8 millones un posible finiquito El dirigente confirmó la cláusula anti Villarreal

D. Vidagany
<b>MÁS DE SEIS HORAS SIN DIRIGIRSE NI UNA SOLA MIRADA</b>. Es una imagen para la historia. Sentados a medio metro de distancia, Juan Soler y Albelda no hablaron. Ni siquiera se miraron furtivamente. El presidente pasó gran parte del juicio cabizbajo, mirando al suelo. El jugador, abatido también, no apartó la vista del juez.

A las 10:34 horas de la mañana de ayer, el Valencia Club de Fútbol, institución casi centenaria, tocó fondo en su espiral autodestructiva de las últimas temporadas. La imagen de Juan Soler y David Albelda, esperando en la sala el inicio del juicio, quedará registrada en la más negra de las páginas de la historia del club. Tras la instantánea llegaron casi seis horas de vista del mal llamado caso Albelda. En cinco días podrán llegar a un acuerdo y, de no ser así, el juez Miguel Ángel González Crespo comenzará a dictar sentencia, muy a su pesar según su postrera frase: "Les pido por favor que intenten llegar a un acuerdo, mi despacho está abierto. Visto para sentencia". Un pacto que parece quimérico a tenor del reconocimiento de Juan Soler, en su declaración judicial, de su voluntad de que Albelda no pueda elegir destino libremente tras desvincularse: "A muchos equipos, a casi todos, no puede ir. No sólo a uno, como se ha dicho...", dijo en alusión al Villarreal.

Los abogados depararon un duelo intenso, de desgaste, para fijar una posible indemnización, que en 4,8 euros valoró el club como adecuada, en el en caso de ser estimada la demanda en su contra. Luego llegó un torrente de palabras para demostrar si el jugador pasa o no por una situación de marginación laboral. El letrado del Valencia, Jose Luis Fraile, estuvo locuaz en su intento de librar a Soler y focalizar en Koeman la responsabilidad. "Nadie sabe si Koeman puede ser destituido mañana...", vino a decir. Enfrente, Francisco Guillem centró su acusación en la condición extradeportiva del apartheid incondicional de su representado. Fue capaz de mostrarle al juez la contradicción entre Soler y Koeman. El presidente, nervioso, negó que conociera la trascendencia de la decisión del técnico, a quien responsabilizó de la situación. "A mí me dijo que era temporal", aseguró. Tras ello, entró Koeman, prisionero de sus manifestaciones a los medios, tumbando la temporalidad a la que se agarraba su jefe: "Dije que no contaba con él más. Y Soler me apoyó la decisión, fuera cual fuera la misma".

Tras ellos tomó el micrófono Albelda, que detalló -al igual que Cañizares y Angulo- su situación de marginación. Y les echó un cable Iván Helguera. El central fue citado por el club para tratar de ejemplificar en él la figura de descartado dúctil (en su etapa merengue). El cántabro fue sincero y valiente: "Yo jugué allí por lesiones, la verdad. Entre David y Koeman la situación ha cambiado tras el 18 de diciembre... ¡Ni siquiera se hablan!".

Salom: "Hemos perdido todos"

"Con este juicio hemos perdido todos. Ha sido larguísimo, tedioso, pero ahora hay que pasar página. Una negociación siempre está abierta, lo que no sé ahora es si estarían dispuestos a sentarse. Pero el Valencia siempre abre la puerta a negociar. Nunca hubo un principio de acuerdo. Yo no digo que ellos mientan, sólo que el miércoles no llegamos a ningún entendimiento".

Albelda: "Koeman mintió el primer día"

"Llegar hasta aquí es la única manera que tengo para poder seguir jugando al fútbol. Ha quedado claro que, haga lo que haga, no tengo ninguna opción de jugar en el Valencia. Puedo tirarme tres años aquí y acabar mi carrera desaparecido. Koeman ya mintió el primer día, cuando nos lo dijo a nosotros. Después ha quedado demostrado que mintieron y que esto no es temporal".