El Sevilla se da un gustazo

Primera | Sevilla 5 - Zaragoza 0

El Sevilla se da un gustazo

El Sevilla se da un gustazo

Toni Rodríguez

Gran noche la que se ha vivido en el Sánchez Pizjuán con una gran Sevilla que ha apabullado a un descolorido Zaragoza que no tuvo ni como excusa jugar con diez jugadores. Luis Fabiano volvió a marcar por partida doble.

El partido del Sevilla ha sido el sueño de cualquier entrenador, jugando de manual y gustando a cualquier aficionado al buen fútbol. La pena ha sido que la lluvia ha hecho que el Sánchez Pizjuán no se ha llenado para ver el espéctaculo que se avecinaba.

El Sevilla salió más enchufado al partido desde el primer minuto e imprimió un fuerte ritmo por el que se vio favorecido al estar el césped mojado y correr más rapido el balón. Las fuerzas estuvieron parejas durante el primer cuarto de hora, con un Sevilla desenvuelto y sin excesivas precauciones defensivas, con llegadas alternas a ambas porterías y con los dos equipos centrados en imponer su juego.

La igualdad se rompió cuando Sergio dejaba el centro de la defensa maña lesionado en la rodilla y entraba en el campo Pavón, uno de los peores del partido. Justo después llegó el primer gol del partido, obra de Luis Fabiano tras una buena jugada de Navas, pero no sería el último del máximo goleador de la Liga.

Con el Zaragoza noqueado y el Sevilla presionando en todas las líneas llegó el segundo gol local tras una combinación de Dani Alves con Luis Fabiano. Una joya de gol. El Zaragoza pareció incapaz de taponar la banda derecha sevillista y por eso mismo tenía el partido perdido en el minuto veinticinco.

La avalancha de buen fútbol local no tenía fin y seguía creando ocasiones sin parar. Diego Capel, Jesús Navas y Kanouté desaprovecharon sus oportunidades para aumentar el marcador. Si en fútbol existieran los tiempos muertos, Jabo Irureta ya habría pedido el suyo.

Lo bueno para el Zaragoza es que con poquito puede crear peligro y así lo hizo en alguna jugada aislada que Zapater o Diego Milito no supieron materializar. Pero el conjunto visitante no está fino y ha sufrido mucho en los últimos meses y era demasiado pesado levantar el encuentro. Para colmo de males del Zaragoza, veía como el conjunto hispalense anotaba el tercero al introducir Ayala el balón en su propia portería al filo del descanso.

Duro castigo

La segunda parte se le iba a hacer cuesta arriba al Zaragoza, pues jugar un partido que ya sabes que tienes perdido, es muy duro. La defensa maña le hizo otro flaco favor a César y esta vez fue Diogo quien se metió un gol en propia. Con la intensidad y la garra sevillana a pleno rendimiento, el Zaragoza se veía desbordado en todas sus facetas.

Poco después Diogo era expulsado por una fea entrada a Diego Capel, y dejó a su equipo con diez. Tras esta acción el Zaragoza pareció colapsarse por completo. Era tiempo de hacer cambios en el Sevilla. Jugadores que no tiene minutos entraron en el campo, como Koné, el fichaje más caro de la historia del Sevilla, eclipsado por un Luis Fabiano en forma y enrachado. También salieron De Mul y Renato.

Mientras en la banda, Irureta se sentaba en el banquillo por vez primera, impotente por lo que veía en el Sánchez Pizjuán y su homólogo, Manolo Jiménez, pedía más presión y un mayor botín. Y como era de esperar Keita marcó el quinto de la noche redondeando la que posiblemente haya sido su mejor actuación de esta temporada.

El conjunto local volvió a apretar y volvió a imprimir velocidad al juego conscientes de que podían hacer historia buscando una goleada mayor. Era tal el dominio sevillista, que hasta Maresca se volcó en el ataque. Los hombres de Irureta miraban al marcador para ver cuanto les quedaba de suplicio. Y el Sevilla se divertía tanto que hasta aplaudían, cantaban y perdonaban los errores de los no habituales.