Ronaldinho recupera su juego en la vuelta de los Fantásticos

Ronaldinho comienza a sonreír en serio y esa es una magnífica noticia para él, para el Barça y, sobre todo, para el fútbol. Le ha costado, pero el brasileño parece haber entrado en una dinámica positiva, algo que parecía haber desaparecido de su particular GPS.

La noche del miércoles, en el Celtic Park, el crack se sintió cómodo. Ya en el calentamiento demostró tener el feeling necesario con el balón como para poder volver a encarar, algo vetado y prohibido por su cabeza en el último año y medio. Mientras sus compañeros correteaban a lo ancho de la hierba escocesa, Ronaldinho los imitaba, pero con el balón en los pies. Tuvo un amigo cerca, Albert Roca, uno de los recuperadores del equipo, conocedor del mundo interno de los técnicos y persona que ha sabido mover los hilos para que el atacante haya vuelto a la vida normal, la que le toca.

La última vez que Ronaldinho fue titular fue ante el Madrid. Posiblemente incluido en el equipo por la presión mediática del momento, Frank Rijkaard decidió que el Gaúcho sintiera la tensión de disputar un nuevo clásico. Todos se estamparon. El Madrid se llevó los tres puntos (0-1), ridiculizó a Ronaldinho e hizo que los turrones fueran amargos en el Camp Nou.

Después del desaguisado, el punta decidió (junto con los técnicos) que ya estaba bien de ir a la suya. Entre todos organizaron un plan específico de entrenamiento, que poco a poco va dando sus frutos. Visitas al gimnasio (no para escaquearse), jornadas de esfuerzo físico, mucha zapatilla deportiva sin tacos y poco balón: ése fue el método para tratar de recuperar al que para muchos sigue siendo el mejor del mundo.

Cautos.

En los despachos del Camp Nou quieren rebajar la euforia, tras el buen partido ante el Celtic. "Tenemos que ir poco a poco con él. Cierto es que físicamente está mejor, pero lo que tiene que hacer es seguir en la misma línea; estamos seguros de que llegará al objetivo marcado", asegura Roca, uno de los más ilusionados por la recuperación del brasileño. "Es lógico que estuviera bajo de moral, pero en el fútbol va todo unido: físico y cabeza, y pienso que con las cosas que probó y que le salieron, su evolución irá creciendo.

Todos sueñan con ver a Ronaldinho sorteando rivales en carrera y disfrutando con la bola. Pinta bien, pero no hay que excitarse. Lo del miércoles fue una pequeña muestra. Se han empleado muchas horas en él, por lo que debe corresponder. Parte del vestuario ha estado muy enfadado con el brasileño, por su actitud y poco compromiso, y por sus contantes juergas nocturnas. Pero se intuye que las tornas han cambiado, se ha puesto las pilas y el Gaúcho camina hacia un futuro con su mejor versión, la del Ronaldinho de verdad.