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Liga de Campeones | Roma 2 - Real Madrid 1

Siempre quedará el Bernabéu

Dominio sin gol del Real Madrid, al que le faltó imaginación y más profundidad en ataque para imponerse a una Roma que remontó el tanto inicial de Raúl con los goles de Pizarro y Mancini. Totti brilló de manera especial en los italianos y Gago fue, con diferencia, el mejor del Madrid. Excelente partido del argentino. Sergio Ramos vio tarjeta amarilla y se perderá la vuelta por sanción.

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<b>REMONTADA.</b> El brasileño Mancini culminó la remontada de la Roma después de superar a Casillas en el mano a mano.
REMONTADA. El brasileño Mancini culminó la remontada de la Roma después de superar a Casillas en el mano a mano.AP

El Real Madrid se complicó su futuro en la Liga de Campeones y lo hizo el día en el que no jugó mal, fue superior a la Roma, controló el partido, fue dueño del balón, pero no supo llevar todo eso hasta el marcador, que terminó diciendo que toca remontar en el Bernabéu.

Las últimas salidas del Real Madrid han sembrado cierta inquietud en su técnico, Bernd Schuster. O al menos eso se deduce de la alineación que presentó en Roma. El alemán se protegió en el centro del campo, al que sumó músculo, entrega y capacidad de sacrificio. En definitiva, lo que aporta Diarra, o lo que se pretende que aporte Diarra, un futbolista que parece habitar en un universo paralelo. Se dice que se juega como se vive, como se es. Y en uno de los días más significativos de la historia reciente del Madrid, en el que se homenajeaba al mejor futbolista de la historia, Alfredo Di Stéfano, representante de los valores más profundos de este club, Diarra no tuvo mayor ocurrencia que acudir al acto vestido con un chándal. Así es el malí.

Aunque Schuster vistió al Madrid con el chándal de Diarra, al menos no le privó del toque de Gago, cada partido más asentado como mediocentro. El argentino parece que ya ha asimilado lo que requiere el Madrid de alguien que ocupa esa posición. Aporta equilibrio, orden en defensa, quite y ofrece una salida limpia del balón. No arriesga si no es necesario y sus errores en el pase son contados. Fue, con diferencia, el mejor del Madrid. Nada que ver con Diarra. Completó el trío de centrocampistas, a la derecha de Gago, Guti, el perfecto enlace con el ataque.

Abrió mucho y bien el campo por las bandas en la primera parte el holandés Robben, que alternó con Raúl la izquierda y la derecha. Como era previsible, hizo más daño por la izquierda, pero de forma incomprensible, apareció más por la derecha. Quizá para fijar a Mancini en defensa. La Copa de Europa siempre nos había enseñado que eran los otros los que se preocupaban del Madrid y no al revés.

Con este planteamiento el Madrid logró llevar el control del choque, fue mejor que la Roma, se adueñó del balón, llevó siempre la iniciativa y consiguió adelantarse en el marcador, pero se fue de Italia derrotado y con la obligación de remontar en el Bernabéu. Se echó en falta más imaginación, la que suele aportar el ahora lesionado Robinho, y más llegada en el segundo tiempo. No hubiera venido nada mal refrescar física y mentalmente al equipo con algún cambio antes de lo que se hizo.

Es extraño lo que sucede últimamente al Madrid, un conjunto que nos había acostumbrado a matar a sus rivales al contragolpe y que se empeñaba en demostrar que no era necesario llevar el control de los partidos para llegar hasta la victoria. Ahora que se le ve dominar, que parece claro que no le asusta llevar la iniciativa es cuando más lejos está del triunfo. Al menos fuera de casa. En el Santiago Bernabéu la historia se escribe de forma diferente y así deberá ser para que el Madrid continúe su camino hacia Moscú.

Se vio con buena parte del trabajo hecho cuando el cronómetro sólo había avanzado ocho minutos. Un tiro no demasiado limpio de Guti fue desviado con habilidad por Raúl para sumar su 60º gol en la Liga de Campeones. Números de leyenda.

La Roma ni se inmutó por verse por debajo en el marcador. No hay nada que pueda variar el planteamiento de un conjunto italiano. Comenzó a asomarse algo más al área de Casillas y en una jugada en la que se vio cierta indecisión en la defensa del Madrid Pizarro logró neutralizar la ventaja madridista. Tuvo la fortuna de que su balón, que se dirigía a las manos de Iker, rebotó en Gago para salir disparado hacia el fondo de la portería. Se equilibró el resultado y el juego hasta el descanso.

Al salir de los vestuarios, la Roma dio un paso atrás, dejó todo el campo al Madrid, le entregó sin ningún pudor el balón y se lo jugó todo a una carta, la del contragolpe. Sabía que tendría una ocasión para derrotar al Madrid. Y la encontró cerca de la hora de juego, cuando Totti le ganó la espalda a Heinze y cedió a Mancini, que superó a Casillas en el mano a mano con una facilidad desacostumbrada cuando es Iker el obstáculo a evitar. Lo que para otros no sería más que un pelotazo, Totti lo convirtió en un pase preciso y en una ocasión de gol. Los artistas siempre encuentran el momento para mostrarnos su imaginación. "La inspiración siempre me encuentra trabajando", dijo una vez Picasso. Totti sabe leer los partidos como pocos y la inspiración siempre le acaba por llegar.

El resto del choque se ha visto mil veces cuando uno de los protagonistas es un equipo italiano. Dominó el Madrid, pero se alejó casi de forma definitiva del gol, que sólo acarició cuando Van Nistelrooy remató al poste un envío de Drenthe, sustituto de su compatriota Robben. Lo intentó el joven holandés, pero poco más aportó. Menor aún fue la aportación de Baptista, que ocupó el lugar de Diarra.

Ahora, el pase a cuartos de final pasa por remontar en el Bernabéu, estadio inexpugnable en Liga, y donde no estará Sergio Ramos, que se perderá la vuelta por sanción. Regresará Robinho y con él la imaginación y las variantes ofensivas que le faltaron al Madrid en Roma.