Baha y el nuevo guapo

Apareció el viernes el Castellón por Málaga con aires de nuevo guapo. Se desplaza con antelación, al estilo de los grandes, con tiempo para pensar en el rival y ultimar detalles. Están crecidos los albinegros desde que Pepe Murcia sustituyó a su tocayo Moré. La apuesta futbolística no es tan romántica como antes, pero los números están ahí. Para Segunda División sirve el nuevo plan del Castellón, que se adapta a su nuevo rol de candidato al ascenso sostenido por cinco triunfos consecutivos. Pero ya han pasado otros gallitos por Málaga y se han marchado cabizbajos.

Entienden de rachas los de Muñiz, al que ahora imita a Murcia para incorporarse al cuadro de honor. El Málaga arrancó con siete el curso y aún disfruta de sus rentas. Sin embargo, viven horas extrañas los inquilinos de Martiricos. La temporada les está pasando factura. A unos les pesan las piernas y se acumulan lesiones, sanciones, problemas extradeportivos como los de Tiago Gomes y Erice... Y no les está gustando su juego. Lo admite Baha con una honestidad brutal. El franco-marroquí, a pesar de otras corrientes de opinión, lucía más con Salva. No jugaba en su puesto, pero tenía el amparo de un hermano mayor. Ahora está más solo. Sobre todo porque Hidalgo tampoco acompaña mucho. El catalán fuerza la máquina para vestirse de corto. Ambos, como el vestuario, han pedido clemencia y apoyo a su afición, que descree por instantes. Necesitan a La Rosaleda. Tanto como ellos necesitan hacer un gol. Ya sabe Baha lo que es marcarle al Castellón y se insta a sí mismo a repetir gesta. Es la gran baza.

Sería un factor diferencial conseguir el apoyo de Martiricos ante un rival que lleva cinco semanas sentando cátedra. El manual de Murcia no sirvió en el Atlético y en el Xerez, pero en Castalia están encantados. Sacrifica a fantasistas como Salas y Perico (ay, Perico, qué talento sin explotar...), pero no renuncia a Mario Rosas. Malagueño, reinventado a sí mismo, miembro de la quinta de Xavi, Puyol, Gabri... Niños de La Masía que ya pasaron por La Rosaleda el mismo año que el Málaga subió a Primera. Ahora, el jugador formado en Portada Alta ha encontrado estabilidad. Enfrente, un centro del campo que tirita de frío. Una mañana para sacar conclusiones.