Vengo de un lugar (costa Barajas) donde se mezclaban los turistas en bermudas con la gente con bufanda, las chanclas y las botas, los hombros desnudos y los hombres vestidos. En estos tiempos, los aeropuertos son el primer árbol que florece. Y en esto guardan cierto parecido con la competición que nos ocupa, la Liga. Unos han entrado en la primavera y otros no salen del invierno. Parecidos cielos cubren al Madrid y al Betis: un líder con ocho puntos de ventaja y un fugitivo con un punto sobre el descenso.

Esas atmósferas envuelven a los equipos, aunque hay otras fuerzas invisibles. El 7-0 al Valladolid condiciona, seis días después, el partido de hoy. Afecta al Betis, que querrá protegerse. E influye en el Madrid, que en estos momentos intuye un futuro tan brillante que lo mira con gafas de sol. Las respectivas alineaciones pueden ser la secuela de aquel festival goleador.

El siguiente elemento de distorsión es la Champions. El Madrid jugará en Roma el martes y será difícil que no se lo quite de la cabeza. No creo que eso provoque que los jugadores preserven sus piernas, pero será inevitable que los madridistas abandonen antes el partido si se inclina claramente hacia la victoria o hacia la derrota. Por esa rendija también le entra aire al Betis.

El estadio debería suponer otro alivio para el anfitrión, pero hace seis años que dejó de ser un antídoto contra el Madrid. La última victoria bética se remonta a 2001 (3-1). Desde entonces, sin importar los campos, ambos equipos se han cruzado 16 veces, con el balance de ocho victorias blancas y ocho empates.

De modo que no debería extrañarnos que Chaparro apostara por un planteamiento conservador. En conferencia de prensa admitió esa posibilidad y la contraria, pero lo más significativo es que consideró el ejemplo del Valladolid como una señal de advertencia: papá no corras. No descarten marcaje especial para Guti.

Equipo.

El entrenador de Triana recupera a Melli, sancionado en Valencia (2-0), Pavone y Mark González, que no estuvieron en Mestalla por problemas físicos. Odonkor regresó a la convocatoria y se quedaron fuera Xisco, Babic y el canterano Álex Ortiz, además de los lesionados Rivas, Nano y Fernando.

Como nos sucede últimamente con el Betis, el once titular tiene mejor el aspecto que el colesterol. Tenemos a Ricardo por buen portero, aunque sea el más goleado de la Liga junto al levantinista Storari (33 tantos y 13 remates a los palos). Juanito, con 17 dianas, es el segundo defensa más goleador en la historia del club, a sólo una de Gordillo. Capi tiene unas condiciones extraordinarias y Rivera es primo segundo de otros genios bajitos como Xavi o Iniesta. Edu es otro jugador con talento y gol (7).

Sin embargo, la realidad es cruda: después de tres jornadas sin perder, el Betis ha sufrido dos derrotas. Y todo indica que, pese a la prima que ofrece Lopera hoy (3.000 euros a cada jugador por punto conseguido), el equipo volverá a luchar por salvarse, drama que se repite desde que el equipo jugó la Champions hace dos temporadas. Se confirma: no hay nada que amenace tanto ruina como la felicidad.

El Madrid, por su parte, se acerca al partido mermado por las lesiones. La enseñanza es que no rotan los entrenadores, rota la vida. El último en caer ha sido Sneijder, que se rompió ayer una costilla. Su baja se añade a las de Robinho, Pepe, Saviola, Metzelder y Heinze, que ha sido reservado para Roma.

Ataque.

Van Nistelrooy se encuentra en una situación intermedia: ha regresado a la lista, recuperado de una contusión, pero podría empezar en el banquillo, pensando en la Champions. Schuster ensayó sin él y eso apunta al equipo que formó contra el Valladolid tras la sustitución de Robinho. De jugar el ariete (12 goles), Drenthe sería el sacrificado. Gago (vitamina silenciosa) y Guti (once asistencias) serán de nuevo los organizadores. Si se confirma ese equipo, Diarra se perderá un partido fuera de casa por vez primera desde Getafe (pasado septiembre), sin mediar más motivo que la decisión del técnico.

Hay interés por ver en acción a los vitalicios Raúl y Casillas, y apetece comprobar si las dos derrotas del Madrid en sus visitas a Andalucía (Pizjuán y Almería) son algo más que una coincidencia.

Se cumplen 75 años del primer Betis-Real Madrid en Liga, pero el resultado de entonces no nos ofrece pistas: 0-0 y Zamora de portero.