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Primera | Espanyol 1 - Recreativo 2

El Recreativo resurge en Montjuïc

El Recreativo de Huelva respiró aliviado en Montjuïc, donde rescató tres puntos gracias a su seriedad defensiva y su fluidez en el juego, ayudado por la apatía del Espanyol, permanentemente ofuscado ante los equipos del fondo de la clasificación.

El Recreativo resurge en Montjuïc
Reuters

En Barcelona, el Recreativo fue un equipo sólido y con buen aspecto, mejor en cualquier caso que un Espanyol anémico y desenfocado, falto de suerte, atrapado por el vértigo en su intento de defender los puestos de Liga de Campeones.

De la mano de su nuevo entrenador, Manolo Zambrano, el Decano se propuso disfrutar del partido. Se olvidó de la zona de descenso y pensó sólo en el juego, para desgracia del Espanyol, despistado por las dos lesiones que sufrió en los primeros 20 minutos: Jonathan Soriano y Moisés no alcanzaron el descanso, golpeados ambos en la cabeza en sendos choques fortuitos.

El Recre encontró un partido hecho a su medida. Con Martins y Camuñas en el timón, desquició al Espanyol. Lo hizo con el estilo de los grandes, aseado por su nuevo técnico, combinando y sin recurrir nunca al pelotazo. El Espanyol, nervioso y apático, fuera del partido, le ayudó a mostrar todo su fútbol.

Ya pudo en el cuarto minuto de juego adelantar Pongolle a su equipo en un mano a mano ante el dubitativo Casilla. El delantero francés cumplió el guión que se exige al delantero y colocó el balón en la base del poste con el pie derecho. Parecía un gol cantado, pero la madera escupió la pelota. El Recre ya había dejado su tarjeta de presentación. El Espanyol aún no se había enterado del inicio del partido.

El cambio de Jonathan Soriano -trasladado a una clínica para conocer su estado físico tras golpearse en un salto con Sorrentino- por Ewerthon descolocó aún más al Espanyol. Le vino de perlas al Decano, que se adelantó en el minuto 18 en una jugada que retrató la indolencia de la defensa local. Pongolle recogió un balón caído en el área, se dio la vuelta y firmó el primer tanto del partido. Junto a él, tres defensas del Espanyol, incapaces siquiera de apurar al delantero.

El gol espoleó al Recreativo, dueño absoluto del partido. Camuñas se movió en la media punta como pez en el agua, y entre líneas, el Recre volvió a anular la salida de balón del Espanyol para lograr el 0-2, en una internada de Poli por la banda izquierda. El lateral colocó la pelota en la zona crítica, entre los centrales y el portero, y Pongolle la empujó a la red desde el segundo palo.

Como si la clasificación se hubiera invertido, el Recre gobernó el partido con la autoridad de los equipos de la zona noble. El Espanyol fue un equipo menor, nulo en ataque, inexistente en el centro del campo, un manojo de nervios en defensa. Un chollo para el Recreativo.

Pero no supo el equipo andaluz cerrar definitivamente el partido pese a los continuos regalos del Espanyol. Pongolle disfrutó de una tercera ocasión clara frente a Casilla, pero envió el balón a las nubes. Camuñas, con todo a favor, también desperdició un disparo desde la frontal del área chica.

Apelando a su único recurso, el balón parado, recortó distancias el Espanyol. Ewerthon aprovechó un rechace en un córner para marcar, en su estreno como jugador del Espanyol, el 1-2 que encendía una luz al final del túnel.

Espantado por las concesiones de su defensa, Ernesto Valverde agotó los cambios para dar entrada a Jarque en el descanso. Renunció a un revulsivo en ataque, pero su equipo se animó. Ganó seguridad y movió la pelota con rapidez frente a un Recreativo replegado, temeroso de perder su ventaja.

Resignado a resistir, Zambrano no alteró su guión inicial. Insufló aire con la entrada de Gerard, un alivio para el Decano, que nuevamente merodeó el área rival. Lo tuvo todo menos lo más necesario, el remate final, la puntilla del partido.

Buscó el empate con dignidad el Espanyol, pero no fue el día del equipo catalán, siempre atascado ante rivales teóricamente inferiores. El Recre se dejó llevar hasta el final del partido para firmar una victoria muy merecida que alivia sus agobios y le permite salir de la zona de descenso.