Plaga de lesiones antes de recibir al Villarreal

Lo que era una mañana tranquila en una semana no menos tranquila (muy diferente es el clima que se vive estos días respecto a las vísperas a medirse ante el Atlético de Madrid) se convirtió en una jornada de sustos y de lesiones. Los esguinces de tobillo sufridos por Juan Cruz Ochoa y por el punta Íñigo Vélez dejan en cuadro al equipo de Lucas Alcaraz para recibir al Villarreal de Pellegrini. A sus bajas -segura la del central y dudosa la del vitoriano- hay que sumar la de Baiano y la del sancionado, Álvaro Mejía. Ausencias que limitan las opciones del granadino que no podrá 'jugar' a esconder sus cartas en lo que queda de semana. Éstas están claras y los que empataron en Madrid tendrán la oportunidad de repetir ante los amarillos... siempre y cuando no haya más sustos.

Ya que al margen de las lesiones, los dos futbolistas empezaron a tratarse en la tarde ayer para intentar 'el milagro' hay que sumar la psicosis que le entró a todo el grupo tras ver como sus dos compañeros caían en un lapso mínimo de tiempo.

Quien más, quien menos empezó a medir y aunque el ritmo de trabajo fue alto, por las cabezas de todos apareció el temor a caer lesionados en un campo, el de Cobatillas, que pese al mantenimiento, se ha convertido en otro enemigo más para el equipo grana. Los hoyos, los baches, lo irregular del terreno de juego son una constante con la que los profesionales están acostumbrados a trabajar desde el principio liguero, pero tras ver como se producían los esguinces de Ochoa e Íñigo el miedo y los temores aumentaron.