Sin salirse del código sagrado marcado por José Juan Almeida, Futre, uno de los mejores exponentes de este Fuerteventura al alza, proclama a los cuatro vientos los valores de la plantilla majorera y la justicia que han dado los resultados al trabajo "humilde, constante y bien hecho".
"No tenemos nada que envidiar a ningún rival ni a ningún equipo. Evidentemente, tenemos muy presente nuestra condición de recién ascendido, lo que nos obliga a tener siempre la modestia como bandera, pero estamos entre los mejores en febrero. Eso no nos lo ha regalado nadie", argumenta con satisfacción por el hecho de que las cosas "vayan mucho mejor de lo esperado".
Futre pone de ejemplo el último encuentro frente al Marino para constatar el espíritu que está haciendo grande al Fuerteventura: "Nunca nos rendimos. Ni siquiera cuando nos hicieron un gol y fallamos un penalti bajamos los brazos. La clave de que hayamos ganado tantos encuentros radica en que siempre tenemos fe en nuestras posibilidades aunque todo pinte muy mal".
Los objetivos que se plantea Futre "no van más allá del próximo partido", aunque, una vez asegurada la permanencia, "si se puede soñar, se hará".
"Sería muy bonito poder brindarle a esta afición la clasificación para la Copa del Rey. O quien sabe si, a falta de cuatro o cinco partidos, podemos dar la campanada y tener opciones de jugar la liguilla de ascenso. No vamos a renunciar absolutamente a nada porque este club se merece lo mejor, pero en mi mente sólo está el Leganés", enfatiza una pieza clave en el once de Almeida.
Pase frustrado el Éibar
Una oferta del Éibar, a pocas horas de que se cerrara el mercado invernal, pudo cambiar el destino de Futre: "No se llegó a un acuerdo con el Fuerteventura en materia de traspaso, pero para mí supuso un halago enorme. Ver que desde una categoría superior te tienen en cuenta es algo que, sin duda, motiva a seguir igual". Futre niega sentirse decepcionado por no haber dado el salto, si bien no lo descarta en un futuro: "Ojalá el año que viene juegue en Segunda".
