León y el Levante provocan el caos

Dicen que la venganza se sirve fría pues así, y acto seguido pidiendo disculpas a la que fue su afición, Pedro León remachó en el descuento a un Murcia horroroso al que ya la crisis se le ha colado de lleno en casa. El peor equipo de la Liga (eso dicen los números) parecía por momentos un equipo con pretensiones de UEFA. De la mano de un soberbio Riga los de De Biasi destrozaron a un Murcia que hizo lo más complicado: ponerse arriba y que tras el gol de Iván Alonso en el primer minuto de la reanudación se fue del campo. Un Murcia lamentable, sin consistencia atrás, sin juego y dominio en la zona ancha y sin pegada arriba que o sale rápidamente del cortocircuito en el que lleva sumido desde principios de año o puede tirar por la borda su dignísima primera vuelta para convertirse en serio aspirante a perder la categoría.

Los gritos de un amplio sector de la grada contra el banquillo local (¡Fuera Alcaraz!) la tristeza que irradia el equipo murcianista y el desencanto generalizado de una grada que en un amplísimo número abandonó sus localidades antes del pitido final definen y dibujan la situación de crisis total por la que atraviesa la entidad de Nueva Condomina. ¡Borrasca a la vista!

Para el Levante la captura de tres puntos parece todavía insuficiente pero a la vista de la buena primera parte (en ese tramo, con el marcador a cero, los granotas estuvieron bien puestos y muy dignos) y sobre todo de la notable segunda mitad, el milagro todavía bien pudiera ser posible si mantienen el orden defensivo de ayer, la solidaridad grupal y sobre todo si rescatan y son capaces de mantener en Orriols al gran Mustapha Riga.

El ghanés dio una lección de como se juega al fútbol. Y además a toda velocidad. Él fue el ideólogo levantinista a la contra. El que hizo que sus compañeros creyeran en el triunfo. Porque incluso antes de que Álvaro lograra la igualada tras un saque de esquina, el africano fue objeto de un claro derribo que Rubinos no se atrevió a pitar. También Riga fue el que asistió a Courtois (hizo lo que quiso con De Coz) al que sólo un paradón de Notario impidió cantar bingo. Fue en resumidas cuentas el MVP de un partido que enloqueció en el tramo final y en el que casi cada jugada acabó, en esos minutos de 'manicomio', en gol. Una locura a la que contribuyó Rubinos 'inventándose' un penalti inexistente y expulsando de una tacada a un Mejía del que la mayoría esperaba mas y del que muchos se preguntan que méritos hizo en otro tiempo para ser jugador del Madrid. Por suerte para Rubinos, su doble error no fue tenido en cuenta (ni puede serlo a posteriori) como determinante. Quizás fue cosa de una justicia natural ya que el Levante mereció ganar. Así de claro. Cierto que con 0-0 Rosinei, de lo mejor del Murcia mientras tuvo fuerzas, remató al palo y que los grana dominaron... pero fue de forma estéril. Ocasiones claras, las del Levante que incluso fue capaz de reponerse tras el autogol de Kujovic. Alegría para el Levante y fuerte marejada para el Murcia y para su entrenador.