Primera | Valencia 0 - Almería 1
Mestalla explota
La solidez del Almería, que jugó sin complejos en Mestalla, le permitió lograr una victoria trabajada ante un Valencia destrozado y a la deriva, que dio su enésima muestra de impotencia en el presenta campeonato y que se aproxima a la zona baja de la tabla.
El conjunto visitante jugó en Mestalla sin más precauciones defensivas que las justas, manejó bien el balón y aunque apenas se prodigó en ataque, llegó lo suficiente a la meta local como para ganar.
Lo del Valencia fue un nuevo despropósito. El equipo es un flan, se ha quedado sin juego, sin capacidad de anticipación, sin remate, sin ideas, sin suerte y, sobre todo, sin gol. Más que un equipo es un grupo de jugadores desorientados, muchos de ellos ubicados fuera de su puesto, y a los que nada les sale.
El primer tiempo ya fue un reflejo del estado mental de ambos equipos, puesto que el Almería, alentado por sus últimos resultados, se mostró convencido de sus posibilidades y el Valencia, con un historial reciente más que adverso, no encontraba el camino para hacerse con el mando del encuentro.
Así las cosas, el equipo andaluz manejaba el juego en defensa sin más precauciones que las imprescindibles y se movía con orden en el centro del campo ante unos rivales que no podían esforzarse más ni ver como el esfuerzo les cundía menos.
El Almería no dispuso de muchas ocasiones de gol, pero la que tuvo en la primera parte la aprovechó en un ataque bien trenzado que Felipe Melo aprovechó en su segundo lanzamiento a los veinte minutos de partido.
Los locales, tras el gol, sacaron la casta pero no las ideas y dos disparos lejanos, uno de Arizmendi (m.26), bien detenido por Diego Alves, y otro de Villa (m.44), que rozó el poste fueron su bagaje ofensivo, ante un rival intenso, muy concentrado y al que era muy difícil crearle peligro.
El primer periodo se cerró con una falta lanzada por Vicente, que Alves rechazó con el pecho y que fue la última prueba de impotencia valencianista. En el descanso, el técnico local, Ronald Koeman, dejó en la caseta a Vicente y Silva, y buscó la altura de Zigic, además de poner a Miguel, adelantar a Arizmendi y situar a Joaquín de extremo izquierda, para tratar de resolver los problemas del equipo.
Sin embargo, el Valencia apenas tenía argumentos para inquietar al Almería que incluso se permitió el lujo de hacer correr al rival a su antojo detrás del balón. Sólo le faltó algo de poder ofensivo para resolver el encuentro con un segundo tanto.
A medida que se aproximaba la conclusión del partido, el Valencia se mostraba cada vez más desquiciado y los jugadores trataban de resolver los problemas individualmente y el equipo apenas dispuso de opciones claras ante la meta del equipo andaluz, que se defendió con mucho orden y marcó el ritmo del partido hasta su conclusión.
El grito de "Koeman, vete ya", acompañado de la exhibición de pañuelos, se escuchó en Mestalla cuando todavía faltaban cinco minutos para que acabara el encuentro con derrota local, resultado habitual en los partidos ligueros que esta temporada se han jugado en el viejo campo de Mestalla.