Copa del Rey | Villarreal 0 - Barcelona 0
Se olvidaron del gol
Todo queda pendiente de la vuelta. Villarreal y Barcelona ofrecieron momentos de buen juego, pero fueron incapaces de convertir en gol sus ocasiones. Ni el dominio de los locales en el primer tiempo, ni la abrumadora superioridad de los azulgrana en el segundo tuvieron premio. Buena culpa de ello la tuvieron los dos porteros, Diego López y Víctor Valdés.
Villarreal y Barcelona nos hicieron creer por un momento que éste era un partido de Copa de verdad, que se jugaba sin red y en el que no había margen de error. Imprimieron un ritmo intenso de inicio, ocuparon todas las zonas del campo con criterio, movieron con sentido el balón y buscaron el gol. En el primer tiempo quien más empeño puso fue el conjunto local, que cuenta en ataque con un trío genial. Pires, Rossi y Nihat forman una de las mejores líneas de ataque que pisan los campos europeos. En la segunda parte, el Villarreal se olvidó de que el Barça tenía portero y bastante tuvo con aguantar las embestidas de los azulgrana, que obligaron a lucirse a Diego López. Deco e Iniesta comprobaron de cerca la tremenda calidad del portero gallego, el mejor guardameta con diferencia que tiene Manuel Pellegrini en su plantilla.
Se derrumbó el Villarreal tras la reanudación y el Barcelona fue dueño absoluto de la situación. Dominó con una autoridad y una solvencia sorprendentes. Sorprendentes porque no hay que olvidar de dónde vienen cada uno de ellos. Para el Villarreal cada encuentro es una fiesta, porque no sabe interpretar el fútbol de otra forma, y así vivió la primera parte. Para el Barcelona, cada partido es un sufrimiento. Un sufrimiento y unas dudas que le dominaron de inicio y de los que logró desprenderse tras el paso por los vestuarios. Fue entonces cuando se vio la mejor versión del Barça de las últimas semanas.
La alegría con la que interpretaron el choque durante los primeros minutos desapareció cuando los dos equipos cayeron en la cuenta de que había un partido de vuelta. Tomaron precauciones, pero nunca renunciaron a tener el balón. Es su carácter, son conjuntos construidos sobre la posesión de la pelota. Cuando la tienen se hacen grandes, cuando es el rival quien la cuida, sufren más que nadie. Le ocurrió al Barcelona en los primeros 45 minutos y le sucedió al Villarreal en los últimos. Sin la pelota se sienten desnudos y con ella nos divierten a todos.
Rossi y Nihat acapararon el protagonismo y retaron a Valdés, que respondió con seguridad. Después del descanso el portero azulgrana pudo tomarse un respiro y apenas se vio inquietado, salvo un tiro con muy mala intención de Senna.
La salida al campo de Messi inclinó el campo hacia la portería del Villarreal y el dominio del Barcelona fue abrumador. Participó más Deco, Iniesta comenzó a aparecer en ataque y las ocasiones nacieron solas. Pero como le había ocurrido antes al Villarreal, le faltó el gol. El nivel del partido mereció algún tanto.
Todo queda ahora pendiente del Camp Nou, donde ya no habrá margen de error. El Barcelona podrá jugar con la facilidad que supone ser local y el Villarreal con la ventaja que le da el valor doble de los goles en campo contrario.