Tristes Bodas de Plata

El Trofeo Costa del Sol cumplió ayer unas gélidas Bodas de Plata. Por ambiente, por juego, por inoportuno... Se lo llevó el Borussia Dortmund, que hace una década era campeón de Europa y ahora se conforma con celebrar trofeos veraniegos a destiempo. Eso sí, su nombre tiene el lustre de los viejos visitantes del torneo (Santos, Peñarol, Argentina, Roma, Corinthias, Estrella Roja, Real Madrid, Barcelona...). Sólo por eso, ya es digno campeón. Y también porque al minuto ya se había adelantado. Kringe centró, Arnau no acertó a detenerla y Petric definió en el área. El delantero fue el mejor de largo y dejó detalles de crack. Hasta le hicieron un penalti. Pero el croata no quiso tirarse.

No se puede decir que La Rosaleda se quedase fría tras el gol germano. Es que en ningún momento dejó de ser una nevera. Desangelado ambiente. El único calor llegó de la caliente hinchada alemana y sus bengalas. Hacía mucho tiempo que no se veían por Martiricos estos alardes pirotécnicos. Alguien debió ser más severo con ellos en la entrada del estadio. De aquí salió una vez un hombre con graves quemaduras cuando el Málaga jugaba en Segunda B y el Borussia todavía era un grande en Europa. Dan colorido, pero el riesgo no compensa. Mal la seguridad.

Pero el Dortmund, con su evangelio de equipo alemán bajo el brazo, planteó el partido con la seriedad que les caracteriza. Con titulares, sin perder el orden. Profesionales hasta en bolos. ¿Será bueno para el cuerpo? Están en la Costa del Sol. Alguien tendría que pedirles que aprendiesen a relajarse y se tomasen unas cervezas. Llegaron con comodidad.

Mientras, el Málaga le dio una importancia muy, pero que muy relativa a su torneo. Muñiz experimentó y concedió minutos. La leña se juega en Tenerife. Celebrar el Costa del Sol de esta manera sólo puede ser idea de algún lumbrera. Mancha el poco nombre que le quedaba. Málaga no merece esto. El técnico se dio cuenta. Porque los germanos no mataron el partido en la primera mitad a pesar de su superioridad manifiesta y el técnico asturiano tiró de Eliseu y Cheli por si sonaba la flauta. Así, casi con la misma celeridad que comenzó el choque, Iván Rosado tuvo en su cabeza el 1-1. Su remate, flojo, lo detuvo Ziegler. Sandro mandó una falta al larguero al ritmo de los gritos de los Malaka. Hasta en los amistosos aparecen para animar sin descanso. A partir de ahí, el Málaga se lo creyó en cierto modo y empezó a llegar con comodidad ante los reservas del Borussia. Un diez por las ganas finales para el equipo blanquiazul. Aunque, siendo sinceros, Ziegler nunca temió por su seguridad. En fin, que el Trofeo Costa del Sol 2007 terminó el 16 de enero de 2008. Cualquier tiempo pasado...