Copa del Rey | Octavos de final | Valladolid 1 - Atlético 1
Agüero se gana los cuartos
Agüero volvió a ser el salvador de su equipo anotando el único tanto. Casi al final, Iturralde se comió un estrepitoso penalti de Pablo sobre Llorente.
Lo primero que llamaba la atención en el Nuevo Zorrilla eran las alineaciones. Mendilibar, fiel a lo que venía ofreciéndonos en el torneo, salió con los suplentes. Aguirre por su parte, no fue tan arriesgado y dio entrada de inicio a la pareja Kun-Forlán. En contra de lo que se podría pensar, el Valladolid no menosprecia la Copa. Por un lado sería injusto dejar fuera a los hombres que han llegado hasta aquí, y por el otro no cabe duda de que hay otras prioridades en la orilla del Pisuerga. El Atlético por su parte no está para medias tintas y demuestra que quizás es el equipo que más ansía ganar esta Copa. Viendo el once colchonero es inevitable también pensar en el derbi del domingo, pero eso es otra historia.
Volviendo al encuentro de hoy, fue el Valladolid el que salió mejor plantado sobre el césped. Aguirre confió en Motta para llevar el timón del equipo en lo que se podía considerar un examen del estado del hispano-brasileño, y lo cierto es que le costó y mucho hacerse el dueño del encuentro. El choque era propio de estas alturas de la competición, con muchas precauciones y Estoyanoff, que volvía loco a Pernía en la banda derecha, era el único que parecía darse cuenta de que ambos tenían que marcar si querían firmar el pase.
Tanto Luis García como Reyes, otros que se 'examinaban' en la noche de hoy, participaban esporádicamente y con dispar acierto en el juego de su equipo, y Agüero se erigía en faro de los rojiblancos en ataque. De hecho, el atlético no se aproximó con peligro hasta la portería de Alberto hasta que lo hizo el Valladolid con anterioridad. Fue en un lanzamiento de Kome, tras controlar con el pecho, que Falcón despejó con la ayuda del poste. Corría el minuto 25 y el Atlético despertó tras esa acción. La respuesta no se hizo esperar, en una acción de Agüero, cuyo pase de la muerte fue cortado por un defensa.
El control del encuentro seguía perteneciendo al conjunto local, pero el Atlético encontró su camino a la contra. Bien plantados atrás y minimizando los espacios a la veloz delantera rival, los de Aguirre prefirieron que fuera el Valladolid el que llevara el peso el encuentro. En una de estas Reyes y Luis García se asociaron para que este último rematara desviado por encima del marco. Cada vez se iba encontrando más cómodo el conjunto madrileño, especialmente Reyes, que dio un susto al hacer un giro brusco pero que luego puso otro gran pase al Kun que apunto estuvo de introducir en su propia meta Iñaki Bea al seguir la jugada.
El Valladolid, que se había ido esfumando con el paso de los minutos, prácticamente sólo se acercaba a la portería de Falcón en jugadas a balón parado y terminó por darle el balón al rival en los últimos minutos de la primera parte, aunque como los de Mendilibar, no sabían muy bien que hacer con él cuando tenían que elaborar.
El paso por vestuarios sentó mal al Valladolid. Cuando ni siquiera había dado tiempo a que ambos equipos se asentaran sobre el campo, el 'Kun' (quién si no) tras recibir un pase de Luis García y burlar a dos defensas, bate a Alberto en el mano a mano. Lo injusto del resultado hizo que Mendilibar diera entrada a Llorente, su principal arma en ataque en lugar del desafortunado Kome.
El Atlético, en contra de lo que muchos podían pensar no se encerró descaradamente como solía hacer en otros tiempos. Tampoco es que le hiciera falta de inmediato, ya que el Valladolid necesitaba dos tantos, y Aguirre dio entrada a Simao por Reyes, tocado, y más tarde a Maxi por Luis García. Lo dicho, de momento no había 'mieditis'.
Además, el Valladolid no es que creara demasiado peligro. Los locales no encontraban la forma de acercarse si quiera al marco de Falcón con peligro. El endurecimiento del juego a partir del gol tampoco contribuía a una mayor fluidez, y aunque el acoso vallisoletano no cesó, cada vez parecía más lejano el tanto del empate. Pero lo que son las cosas, cuando más tranquilo parecía el Atlético atrás, llegó el esperanzador empate, obra de Joseba Llorente de tiro cruzado.
El resultado hacía justicia a lo hecho por unos y otros, pero sólo valía a uno de ellos. Como es lógico, de ahí al final se fue con todo arriba el Valladolid, aunque como también suele ocurrir en estas ocasiones, con más corazón que cabeza. Con el Valladolid volcado tuvo Forlán hasta dos ocasiones de sentenciar el encuentro y la eliminatoria, pero el uruguayo no atraviesa su mejor racha y erró sendas oportunidades.
Justo cuando el encuentro se aproximaba a su final, con el entrenador local expulsado y Alberto haciendo de delantero centro en las jugadas a balón parado, Iturralde se erigió en protagonista al no ver un clarísimo penalti de pablo sobre Joseba Llorente, que además fue amonestado. Las protestas vallisoletanas no sirvieron de nada y acto seguido el colegiado pitaba el final ante la indignación de la grada.