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Segunda | Málaga 1 - Granada 74 1

El empate según Tapia

El 74 resistió ante el líder, al que anularon un gol legal

Se llama Antonio Tapia y se conoce al dedillo esta categoría. A la Segunda hay que aceptarla tal y como es. Empezando por ahí, el camino te lleva a la eficacia, a saber convertir en virtud el más ínfimo error del contrario. Tapia vino con su manual de estilo bajo el brazo y con los deberes hechos, por eso arrancó un punto de donde quizás muchos naufragarán (otros ya lo han hecho). Este punto, de oro para los amantes de la media inglesa, sirve para confirmar al Granada 74 como aspirante. Tapaditos y tapiaditos, se les podría definir. Un bloque armado, correcto, sin excesos. Abrazado al veneno de las faltas de Luque y de contragolpes de libro. Con la máscara de la humildad y la ferocidad del superviviente. Así es a grandes rasgos el conjunto granadino.

Pero avisaba Tapia también del demoledor golpeo del Málaga, que es Sonny Liston y Tyson a la vez. Era su mayor temor y no se equivocó. Porque el Málaga tardó dos minutos en abrir el marcador. Apoño cazó un balón en el área cuando la gente aún casi ni se había sentado en sus localidades. Sin embargo, Miranda Torres dijo que para chulo él y lo anuló. No vio que un jugador granadino había peinado el centro de Rossato y no existía orsay. Lejos de autocompadecerse por ello, el Málaga mantuvo sujetas las riendas del partido y abrió la lata. Salva recibió un buen balón de Baha, se deshizo de Crespi y definió. Es su séptimo tanto y ya es el máximo realizador del equipo.

Sin embargo, como sabía que el Málaga te puede azotar en cualquier instante, Tapia preparó mentalmente a sus hombres para que supieran aceptarlo. Paciencia y aceptación. Así encontró el camino para robar una flor de la que fue su casa. Un mínimo desajuste, chut de Gibanel con despeje de Goitia y zarpazo que te crió. Javi Guerra, malagueño y pillo, estuvo más rápido que Hélder y anuló el efecto del gol blanquiazul. 1-1 y a empezar de cero.

Muñiz, por su parte, removió su chistera en busca de soluciones. No tiene miedo a tomar soluciones drásticas, extrañas o impopulares. Ya empezó experimentando con Paulo Jorge de lateral derecho. Mucha gente no lo sabe, pero el luso fue elegido mejor jugador de la Segunda portuguesa actuando en esa posición. Ni fu ni fa. Vaya decepción debe tener Gaitán. Pero hablábamos de Muñiz, que terminó con Paulo y Calleja como laterales, Sandro e Hidalgo por el centro y Gerardo y Eliseu como extremos. Todo ese cóctel, aderezado por los voraces Salva y Baha, no dio para ganar. Quizá sí podrían haberlo hecho si el árbitro expulsa a Francisco tras una agresión a Weligton... Tampoco es excusa porque Goitia también tuvo que salvar a sus hombres en alguna ocasión. El Málaga aguarda un tropiezo del Numancia esta tarde.