NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

Copa del Rey | Atlético 0 - Valladolid 0

Forlán perdonó, el resto durmió

Alberto amargó al Atleti al principio. Después, baño del Valladolid. Falcón salvó en el 89'. No se pitó un penalti a cada uno. Los suplentes locales, fatal

<b>INFRANQUEABLE. </b>Forlán lo intentó varias veces pero Alberto se mostró infranqueable.

Pues sí, Aguirre es un hombre justo. Muy justo. Si alguno de los suplentes del Atlético tenía previsto levantar la voz pidiendo más minutos, debería cambiar de planes, poner unos cómodos cojines en su asiento del banquillo y hacerse con la manta rojiblanca que da el AS para no pasar frío. Le vendrán bien. Los suplentes del Valladolid les dieron ayer una lección de lo que es ser un profesional, de cómo se pelea la titularidad: jugando, luchando, implicándose, entendiendo que la Copa es tu Champions.

Pongamos un ejemplo. Alberto, camino de los 39 años, 346 partidos en Primera con la Real Sociedad y hoy suplente de un chaval de 18, Sergio Asenjo. Un historial como para motivarse lo justito en un frío partido de Copa en un Manzanares semivacío. Poco que demostrar, nada que ganar. Sin embargo, ayer le amargó la noche a Forlán, uno de los mejores delanteros del mundo y el único titular fijo que alineó Aguirre.

El uruguayo se comportó como el líder que es y se las ingenió para plantarse dos veces solito ante Alberto en la primera media hora. Un mano a mano de Forlán suele ser un cheque al portador. No esta vez. En el primero se vio tan cómodo que dudó entre disparar, dársela a Mista o hacer tres piruetas y, cuando se quiso decidir, el portero se le había echado encima. En el segundo, el charrúa no titubeó y fusiló a Alberto, que sacó una mano milagrosa y desvió la pelota al poste.

No conforme con la doble heroicidad, Alberto aún tuvo tiempo de hacer otro paradón ante Mista y, animado por su portero, el Valladolid se fue estirando. Mendilibar ha creado un equipo-máquina con muy buen gusto y ya en Liga sólo cayó en este escenario con un autogol y tras marcar tres goles. Ayer no ganó porque a sus suplentes no les faltó actitud, pero sí aptitud. Ogbeche y Kome no tienen el talento de Sisi, Víctor y Llorente. Estoyanoff puede que sí, pero se pierde en regates absurdos. Así que al llegar al área, se les apagaban las luces, solos o con la colaboración de Falcón.

El Atlético murió justo antes del descanso, cuando Luis García pagó su afición a lo churrigueresco y, tras un fantástico recorte, rizó el rizo hasta que se le echó encima la defensa. Lo que sucedió en el vestuario es un misterio. O no hubo charla de Aguirre o sus jugadores estaban con el iPod puesto, pero allí entró un Atleti gris y salió uno tan negro, tan negro que resultó invisible.

Borja, miembro destacado de la generación perdida de la cantera del Madrid, lideró el baño pucelano, que, eso sí, moría en la frontal, como si tras aquella línea blanca se acabase el mundo. Seguramente, la única manera de que el Valladolid hubiera marcado habría sido que el árbitro pitase el inverosímil penalti de Zé Castro a Ogbeche. Por alguna razón que se nos escapa a los simples humanos y, probablemente, también a los futbolistas, el portugués decidió dar una patada al nigeriano cuando por no haber peligro no había ni balón. A Ramírez Domínguez le entró la risa y no pitó, tal vez para compensar la cristalina mano dentro del área de Cifu en la primera parte. Debería haber también árbitros suplentes porque, viendo a los titulares, nos íbamos a partir.

Lamentable. Viendo el desastre, Aguirre cambió el plan previo y dio entrada a Agüero por Mista y no por Forlán, buscando que sus dos genios salvaran la noche. Pero ni olieron el balón ante la dimisión del centro del campo. Especialmente triste fue el papel de Reyes, al que no quedó claro si le interesaba más el partido, las primarias en Estados Unidos o el índice Nikkei. Seguramente las tres cosas por igual.

La última media hora se disputó en terreno rojiblanco, con Mendilibar apostando fuerte y metiendo a Sisi y Llorente. Lástima que el Valladolid no tenga en su plantilla a ningún jugador capaz de sacar un córner o una falta lateral de modo que el balón llegue al área a más de 15 centímetros de altura. El caso es que los futbolistas entrenan por las mañanas. Qué cosas. En el último instante, Sisi se inventó un jugadón, pero Falcón volvió a reivindicarse como portero de Primera. Así que 0-0 y la eliminatoria llega abierta a Pucela. Siempre que Aguirre saque a los titulares, claro.