Primera | Deportivo 0 - Atlético de Madrid 3
Con Kun y Forlán, al fin del mundo
El Atleti aplastó sin forzar a un Depor horrible. Dio primero Forlán. Sentenció una genialidad de Agüero. Jurado apuntilló. Los de Aguirre, en Champions.
El Atleti tenía que ganar y ganó. Fuera de casa, con facilidad, sin necesidad de meter quinta en ningún momento. Parece que va siendo hora de que el entorno se crea lo que el equipo ya se ha creído: que lucha por todo y punto. Y el que quiera reírse que se lo piense primero: no hay una delantera mejor en la Liga que la formada por Forlán y Agüero. Similares, tal vez; superior, ninguna. Y goles son títulos. Que se lo pregunten al Deportivo, tan incapaz de meter un gol que los buitres comienzan a volar en círculos sobre su cabeza. Lo de ayer no fue una simple derrota, fue una rendición incondicional. Hay tiempo, sí. La duda es si hay capacidad.
El resumen de sus únicos acercamientos (semi)peligrosos a los dominios de Abbiati es desolador: salida a coger mariposas del portero y el remate a puerta vacía de Lafita lo saca Raúl García bajo palos; nueva cantada del italiano y Lafita (de espaldas a portería y saliendo del área, tampoco se crean) cae ante la salida aturullada del meta, pudo ser cualquier cosa, pero el árbitro no pito nada; y la última y más clara llegó en un mal despeje de Pablo que permitió redimirse a Abbiati con una exhibición de reflejos. Echen cuentas: tres ocasiones, todas por errores del rival y todas con el marcador ya en contra. La lista de conquistas de Robinson Crusoe en la isla es más amplia.
Así que, milagros aparte, el cero a cero es actualmente la cota máxima realista del Depor en la mayoría de partidos. Pero no contra este Atleti, claro. Porque el equipo de Aguirre es el caso opuesto: le agitas y caen goles. Ayer tardó tres minutos, los mismos que Maxi en rozar el gol en una buena jugada colectiva, en darse cuenta de que no iba a necesitar ni romper a sudar para llevarse los tres puntos. Así que los rojiblancos comenzaron a tocar con calma esperando a que el tiempo y la lógica hicieran su trabajo. Pudo parece un exceso de confianza, pero era simple sentido común.
Es la tranquilidad que da tener a Forlán rondando el área. Hay delanteros que desaparecen si tienen la tarde mustia, no suman, te dejan con diez. Otros que, como Fernando Torres, te garantizan jugar con once hasta en su peor día a base de lucha, de entrega, de fe. Y luego está Forlán, que es un caso extraño. Si andas atento, a veces parece que no está, que el Atleti anda con uno menos. Te extraña, te centras en él y descubres el truco: convierte el movimiento más complicado en algo tan sencillo que te despista. Y luego te mata. La realidad es que con Forlán siempre juegas con once y, a menudo, con doce.
Ayer apareció para abrir el marcador tras un buen centro de Antonio López y un detallazo del Kun, que dejó pasar la pelota despistando a media defensa local. En el segundo palo llegó Forlán para marcar como el que silba. Juega a esto tan fácil que recuerda a Federer. Era el minuto 39, pero fue el punto y final.
Dúo de oro.
Si Forlán es pura clase a lo Cary Grant, Agüero es más Marlon Brando: genio, carácter, riesgo, excesivo a veces, siempre digno de verse. El chico llevaba dos meses regulares, sin marcar en Liga y con los árbitros aplicándole una injusta y obsoleta educación a base de palos (o expulsiones). Tenía que explotar. Y lo hizo a lo grande, como lo que es, un fuera de serie.
En una contra, recibió directamente de Abbiati, lejos del área y pegado a la banda. Arrancó y ya se sabe que cuando acelera es un prodigio. Los defensas recularon asustados y, ya en el área, Kun hizo un triple mortal en un segundo: amago, recorte perfecto y definición perfecta pegado al palo. Golazo. Lo celebró más que ningún gol de los 14 de esta temporada. Parece lógico.
Jurado, que ya es bastante más que un recurso puntual y fue titular en el doble pivote (gallifante por valiente para Aguirre), cerró el paseo con un buen gol, al inventarse un cabezazo lejano y bombeado como recurso de urgencia. Seguramente fuera la primera vez en su vida que golpeaba la pelota con la cabeza, pero a este Atleti le sale casi todo. Así que vuelve a Champions justo antes de recibir seguidos a Valencia y Madrid, en un doble duelo clave para medir sus aspiraciones reales. Las del Depor ya están claras: luchar y rezar. Mucho.
Aguirre saludó a Guardado
Antes del partido, se produjo el encuentro entre los dos protagonistas mexicanos de la tarde, Javier Aguirre y Andrés Guardado. Ambos se saludaron y estuvieron charlando unos instantes y, tras el partido, el técnico rojiblanco tuvo palabras de elogio hacia la estrella del Depor, pese a que ayer realizó uno de sus partidos más flojos de lo que va de temporada.