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Primera | Sevilla 3 - Betis 0

Derbi de un color

El derbi sevillano solo tuvo un color y demostró que hoy por hoy la diferencia entre ambos equipos es enorme. Eso sí, los locales necesitaron la ayuda del árbitro, que dio por válido el primer gol de Luis Fabiano, marcado con su brazo derecho.

Pablo Hernández
<b>INAPELABLE.</b> El Sevilla no tuvo piedad de un Betis demasiado flojo.
INAPELABLE. El Sevilla no tuvo piedad de un Betis demasiado flojo.Diario AS

El Sevilla comenzó apretando fuerte al Betis, dominando el centro del campo con un Poulsen y un Keita espectaculares, y poco a poco fue achicando a los verdiblancos y encajonándoles en su área.

Kanouté tuvo las mejores ocasiones locales en la primera mitad, y las disfrutó porque se encontró perfectamente asistido por sus dos extremos, Navas y Capel, hiperactivos. Esta fue una de las diferencias que desnivelaron la balanza a favor de los locales, porque la soledad de José Mari en el ataque bético fue un motivo de desesperación para los aficionados verdiblancos.

En el minuto 25, un magnífico centro de Capel fue rematado a gol por Luis Fabiano, eso sí, con su brazo derecho. El árbitro no vio o no quiso ver la infracción y permitió que el tanto subiera al marcador, pese a las protestas de los jugadores béticos y a las sonrisas delatoras del delantero brasileño y de sus compañeros.

Luis Fabiano se gusta

El gol no cambió la tendencia del partido, sino que la acentuó, con el Sevilla llegando una y otra vez a la meta de Ricardo, que salvó de más de un gol para su equipo. La superioridad de los blancos era abrumadora, y se plasmó al borde del descanso con el segundo de la noche, también obra de Luis Fabiano, que lleva 12 goles en Liga y 21 en toda la temporada. Números de auténtico asesino del área.

Suponemos que el Betis quería, pero lo que demostraba era que ni podía ni quería. La actitud no fue especialmente ejemplar, y sobre todo de mediocampo hacia delante se puede hablar de desidia en los jugadores verdiblancos. Es cierto que no debe ser nada fácil que sea el árbitro el que te dé el primer empujón hacia la derrota, pero se debe demostrar algo más para ganar en un campo como el Pizjuán.

Las esperanzas se agotaban para el Betis, y Dani Alves se encargó de terminar con ellas. Un saque de falta del lateral brasileño rebotó en Damià y se coló en la portería de Ricardo para hacer subir el tercero al marcador. El partido no tenía más futuro, y el Sevilla pisó el freno pensando en el partido de la semana que viene contra el Barça.

Los males del Betis y los bienes del Sevilla se conjugaron en un partido que acercó a los de Jiménez a los puestos europeos y devolvió al Betis a los puestos de descenso.