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Primera | Athletic

Iraizoz está listo para volver a la portería

La recuperación de Iraizoz afecta al de Fuenmayor, que puede haber jugado su último partido de titular como rojiblanco ya que su contrato acaba en junio. Espera la decisión de Caparrós y asegura que nunca bajará los brazos.

Le avanzaron entre seis y ocho semanas y no está por la labor de agotar el plazo. Gorka Iraizoz se ha puesto ya a las órdenes de Joaquín Caparrós. El portero navarro, lesionado desde el pasado 13 de noviembre, completó ayer su primer entrenamiento sin reservas desde que en el partido de ida contra el Hércules sufrió una rotura miotendinosa en el recto anterior de la pierna derecha. Y las conclusiones son positivas. Si el técnico quiere, Iraizoz podrá estar a su disposición en el partido de este domingo contra el Racing. Lo único que separa al ex espanyolista de la titularidad es el alta médica. Si asimila bien la carga de trabajo y Caparrós apuesta por su vuelta, los médicos firmarán ese documento antes de que se ofrezca la relación de convocados para afrontar el choque de El Sardinero.

Desde que se lesionó en el Rico Pérez, Iraizoz se ha perdido cinco partidos de Liga (Deportivo, Valencia, Real Madrid, Mallorca y Murcia) y el de Copa contra el Hércules del pasado miércoles. En todos esos encuentros la totalidad de minutos en la portería ha sido para Aranzubia, que de no contar para Caparrós (en la ida de Copa le mantuvo en el banquillo hasta el percance de Iraizoz) se ha visto otra vez en el escaparate. Ahora, con Iraizoz recuperado, no hay duda de que el de Fuenmayor volverá al banquillo. Caparrós lo tiene claro. Quiso fichar a Iraizoz y el club se lo trajo en pretemporada. Al día siguiente ya formaba como titular en un amistoso de pretemporada.

La mañana fue fructífera para Iraizoz, que ya el lunes quiso ponerse bajo palos pero se encontró con el freno del cuerpo médico. Ayer fue diferente. Nada más comenzar la sesión, Caparrós se puso a su par y mantuvieron una pequeña charla. El mensaje era que probase sus sensaciones. La conversación se repitió al final del entrenamiento. Para entonces, Iraizoz ya tenía una buena experiencia en el zurrón: se había movido con naturalidad y había participado en el partidillo de los que no jugaron ante el Hércules. También se atrevió con los disparos. Ni rastro de la lesión.

El portero dejó claro que está en condiciones de regresar al once. Y sin miedo de sufrir una posible recaída como la que tuvo en la semana previa a enfrentarse con el Real Madrid en la competición liguera.