Copa del Rey | Atlético 1 - Granada 74 1
Mista aplica la fría lógica
El gol de Aranda en el 92' no sirvió, pero hizo justicia
Acudieron 5.000 y ya parece un exceso. El partido respondió punto por punto al guión previsto: fue un rollo. El Atleti, plagado de suplentes, jugó a medio gas y el Granada 74, con el once de gala a juego que merecía el escenario, tuteó al jefe hasta que éste se hartó de confianzas. Apretaron ligeramente los rojiblancos, marcó Mista y eliminatoria resuelta sin brillo alguno. Lo normal en esta Copa a doble partido que hace del sopor una forma de vida. El gol de Aranda llegó tan tarde que ni se sacó de centro. Emoción cero.
Mucha culpa la tiene el formato de competición, pero el Atleti también puso de su parte. Ninguno de los poco habituales puso en apuros a Aguirre de cara a justificar su suplencia el próximo domingo en Riazor. De hecho, los mejores en la primera parte fueron los únicos dos titulares: Perea y Cléber Santana.
El brasileño, durante muchos meses un fichaje misterioso escondido en el banquillo, ha dado la cara cuando la lesión de Motta y la espantada de Maniche le han sacado a la palestra. No es el Deco que él mismo anunció en su presentación, pero tampoco el chiste que tantos hicimos. Sin destacar en nada, aporta en casi todo: roba, se ofrece, da una salida limpia de balón y llega al remate. No es un genio, pero sí un buen funcionario. Suficiente.
En el Granada 74, todo giraba alrededor de la pelea de Aranda (hasta con Aguirre) y la zurda de Luque. Ellos crearon la única opción real de animar la eliminatoria cuando, poco antes del descanso, un pase magistral del ex atlético dejó al delantero solo ante Falcón. Pero el portero sacó un pie milagroso y las esperanzas visitantes se marcharon por la línea de fondo
Reacción leve. Eso sí, el aviso debió implicar charlita de Aguirre en el vestuario, porque tras la pausa el Atleti subió una marcha (de segunda a tercera, tampoco se crean). Bastó con que Reyes decidiera que le apetecía jugar un rato para que las ocasiones llegaran. Pero no entraban, así que el técnico dio entrada a Forlán y Raúl García. Tonterías, las justas.
Cuando Luque se quedó sin ángulo tras encarar a Falcón, el Granada 74 supo que no era noche para los héroes. Y un buen pase de Reyes perfectamente resuelto por Mista hizo caer todo el peso de la lógica sobre los andaluces. El Atleti ni había roto a sudar y el 74 lo había hecho todo bien, pero...
Al menos, Aranda marcó un golito al final para que no perder las buenas costumbres: en el Calderón no hay minutos de la basura. Esperemos que sea un buen presagio para 2008 y la diversión siga reinando en el Manzanares, porque lo convencional nunca ha triunfado en esos lares. Eso sí, entre bostezos, el asalto rojiblanco a la Copa avanzó un paso. Quedan cuatro.