Primera | Athletic - Murcia
Ganar, cuestión obligada para una dulce Navidad
Athletic y Murcia necesitan los puntos para no cerrar 2007 en el pozo
No deja de ser el antepenúltimo partido de la primera vuelta (lo que deja claro que todavía queda un trecho para llegar al final), pero Athletic y Murcia tienen interiorizado que el choque de esta noche, el que cierra curso 2007 para toda la Liga, tiene una importancia grandiosa. Los dos equipos, que están parejos en la clasificación, necesitan los puntos para tener una Navidad vacía de problemas. Los rojiblancos pueden acabar entre la novena y la decimoséptima posici los visitantes pueden caer un puesto más abajo.
Con esas premisas, rojiblancos y pimentoneros saltarán a San Mamés con la sensación de jugar una final por eso de garantizarse unas fiestas tranquilas y no perturbar la tranquilidad de sus hinchas.
El Athletic es el que más se juega de los dos, que para algo es el equipo que siempre ha estado en Primera y, además, este año todavía no ha pisado los puestos críticos de la tabla. El problema es que los de Caparrós andan tiesos ante sus aficionados: como locales esta temporada sólo han podido ganar al Recreativo.
La falta de puntos en terreno propio han convertido San Mamés en un estadio chollo para los rivales. La Catedral ha pasado de fortín de otras épocas a fortaleza de papel maché, de esas que con un estornudo se hacen trizas. Y no es de esta temporada. 2007 lleva camino de convertirse en año horrible para los pacientes hinchas rojiblancos, que sólo en 2001 y 2006 habían visto pasar tan pocos triunfos (6) ante sus ojos. Está en manos de los rojiblancos evitar que el año que se nos va quede manchado con un lunar mayúsculo de inoperancia.
Asumir riesgos. La cercana visita de Olentzero, la clasificación sin glamour del Murcia y el periodo vacacional convierten el choque en una trampa para elefantes. El vestuario rojiblanco se ha dado pronto cuenta de que San Mamés puede vivir un estado de placidez semejante al que provocan estas fiestas y eso va siempre en contra de los intereses del equipo. Por lo menos, ellos parece que tienen más que asumido que enfrente no tienen a una cuadrilla de amigos.
Y hacen bien, porque los de Lucas Alcaraz han soltado buenos partidos en lo que va de temporada y también han hecho un ejercicio máximo de concienciación sobre la importancia del partido. En sus filas tienen gente como Baiano, que ya ha marcado en La Catedral, y Pablo García, uno de esos futbolistas que uno nunca quiere ver en el equipo contrario. Encima, el uruguayo es de los que se crece en el castigo: su juego crece a la misma velocidad que los aficionados la toman con sus, a veces, bruscas maneras de hacerse con la pelota.