Premio a la ambición del Atleti
El Atlético tuvo que ganar a la heroica después de quedarse con diez por una expulsión injusta de Raúl García en el minuto 80 cuando el partido estaba empatado y el Atlético necesitaba el triunfo para ser primero. Yo todavía no sé qué hizo Raúl para que el árbitro le enseñase la roja. Pero no se amilanó el Atlético, que siguió peleando y buscando al Kun para ver si llegaba el milagro. Esta vez Aguirre estuvo atinado y valiente en los cambios. Con los griegos, que son un equipo bueno y duro, ganando cero-uno, se olvidó del doble pivote y mandó un mensaje positivo en el descanso al poner a Simao por Cléber Santana. Después siguió en la misma línea y sentó a Zé Castro para meter a Reyes. Al ataque. Toda la dinamita junta y en el campo. A por ellos. Y la primera vez que se juntaron las estrellas llegó el empate en una combinación magnífica en la que intervinieron Agüero y Reyes y que culminó Luis García.
La remontada estaba al alcance de la mano y ni siquiera expulsión de Raúl pudo frenar la reacción rojiblanca. Este Atlético tiene fe y persistió en su empeño. Fue un triunfo emocionante y sufrido, que llegó en el descuento, al filo del final, cuando Simao volvió a mostrar su categoría como lanzador de faltas. Era en el sitio justo, al borde del área. Y Simao, que sigue creciendo en este Atlético, ajustó el punto de mira y con un toque exquisito colocó el balón en la red y al Atlético primero de grupo y en dieciseisavos de la UEFA. Fue el premio a la ambición del equipo y de Aguirre.