Copa de la UEFA | Atlético 2 - Panathinaikos 1
Simao firma un liderato heroico
Marcó un golazo de falta en el 94'+. El Atleti jugaba con diez por roja a Raúl García. Salpingidis adelantó a un buen Panathinaikos. Luis García hizo el empate
El madridismo a menudo se comporta con esa osadía que sólo da el ganar casi siempre. Por eso, anoche a las diez y media andaba un poco revolucionado ante el inminente tropiezo del Atleti, empatando a uno en la prolongación, con un hombre menos y el liderato del grupo rumbo a Atenas. Error. Cualquiera que haya visto los partidos del Calderón esta temporada sabe de sobra que hasta el pitido final todo es posible. Y, en este caso, no es una frase hecha: todo es todo.
Así que en el minuto 94 el amigo Vintra hizo una zamorana en la frontal del área y, sabiendo cómo anda de crecida la flor de Aguirre y compañía, los atléticos la celebraron como si fuera un penalti. Allá se fue Simao, tranquilo, como quien pasea silbando por el parque. Colocó el balón primero en el suelo y en la escuadra después. Hizo una cosa con la mano y la otra con el pie, pero apenas se notó la diferencia. Se confirma que pagar por el talento, al final, siempre rinde dividendos. El Atleti es líder.
No es cuestión baladí. Con el empate, los rojiblancos andaban preocupados, con Benfica, Werder Bremen, PSV, Sporting de Lisboa y Marsella en un horizonte amenazador. Segundos después, los dieciseisavos suenan a trámite. Sólo preocupan algo la garra del Bolton, el calor del Galatasaray y el frío del Zenit de San Petersburgo. Asuntos menores, en cualquier caso.
Hasta el suspiro de alivio final, la noche fue un suplicio. El caos prenavideño de Madrid unido al frío y el aguanieve dejaron el Calderón semidesierto, desconocido. Y el Panathinaikos tardó 35 segundos en demostrar que no llegaba de turismo y que su nivel es más que notable. En cuanto Abbiati sacó esa mano milagrosa ante Salpingidis, el Atlético entendió que el liderato habría que sudarlo. Y mucho.
El planteamiento de Peseiro funcionó punto por punto. Resulta que el tipo fue segundo de Queiroz en el Madrid. Visto lo visto, quizás sea una tradición portuguesa llegar a España tapado como segundo de un entrenador más entrañable que eficiente y lanzarse luego a una carrera de primera. El tiempo dirá si es el nuevo Mourinho post-Robson o lo de ayer fue una anécdota, pero Forlán y Agüero no habían quedado tan anulados en todo el curso. Eso sí, aún debe trabajar la faceta estética, porque la gabardina con tachuelas, estilo KGB años 60, que llevaba era muy incómoda de ver.
El Panathinaikos tejió una tela de araña perfecta con la defensa y el mediocampo muy juntos. Arriba, Salpingidis y Papadopoulos demostraron que Eller y Zé Castro pueden funcionar como pareja de Pablo o Perea, pero que ponerles a los dos juntos es tentar la suerte.
Cada contra de los veloces delanteros griegos fue un sobresalto y la del minuto 33, un drama. Salpingidis sólo se la lío primero a Antonio López (tal vez falta, tal vez no) y luego encaró a Eller, que empezó a recular como si aquello no fuera con él y casi acaba dentro de la portería. Lo que sí terminó allí fue la pelota. Gol y mazazo.
Al ataque. Como el Atleti no encontraba caminos y todo lo que no fuera ganar daba lo mismo, Aguirre se la jugó tras el descanso. Primero, Simao por Cléber y centro del campo en rombo. Al poco, Reyes por Zé Castro y defensa de tres. Pero no había manera. Forlán tocaba y el balón nunca encontraba un hueco por el que regresar a él. Agüero lo intentaba en individual y acababa cayendo ante el enésimo rival.
Poco sabíamos del portero Malarz aparte de que llevaba una discutible cresta que le convierte en la reencarnación poligonera del De Niro de Taxi Driver. Hasta que Reyes encontró, al fin, una vía de agua y dejó a Luis García sólo ante el meta polaco. No falló. Empate, esperanzas y... Y Raúl García a la calle por repeler un codazo de Ivanschitz, un tipo con un teñido rubio criminal que resulta ser el capitán de Austria. Así está Austria.
El partido se convirtió en un combate, con Luis García mereciendo la segunda expulsión y todo el mundo rodeando al árbitro hasta frenarse al ver que mide 1.96 y es alemán. Hay cosas con las que no se juega. No había remedio. Ja. Eso era lo normal, pero esto es el Atleti. Un Atleti líder, por cierto.
El detalle: El Aberdeen se metió tercero
Contra todo pronóstico, el Aberdeen, a priori el más débil del grupo, se clasificó para dieciseisavos tras vapulear ayer al Copenhague por 4-0. A los daneses les servía el empate y así llegaron al descanso, pero dos goles de James Smith al comienzo del segundo tiempo encarrilaron el pase de los escoceses.