El árbitro Iturralde González tuvo un desafortunado protagonismo en el partido del Sardinero, especialmente en la primera parte en la que permitió sacar una falta desde donde no se había cometido, lo que dio origen al primer gol del Racing y expulsó a Webó con una roja directa muy rigurosa, como también lo fue la primera de las dos amarillas que vio Serrano.

El partido se presentaba interesante entre dos equipos que pugnan por hacerse un hueco en los puestos de cabeza, con dos apuestas futbolísticas muy diferentes, al optar los cántabros por basar su juego en la solidez defensiva y los insulares por un fútbol mucho más ofensivo.

Una muestra de ello fue el primer ataque del Mallorca, protagonizado por Jonás, quien corrió toda la banda, superando con tremenda facilidad a Duscher, para dar un centro horizontal hacia el punto de penalti, donde Webó remató ligeramente desviado.

El Mallorca dominaba a un Racing que no acertaba en la presión y en su segunda ocasión ya no perdonó. Ahora Webó no falló y, en un saque de falta ejecutado por Ibagaza desde la línea de medios del Racing, remató de cabeza picando mucho el balón, que botó y entró por la escuadra, sin que Toño pudiera hacer nada para evitarlo.

Empate polémico

No obstante, el Racing no tardó en empatar en una polémica acción. Smolarek fue objeto de falta junto al banderín de córner y Munitis la sacó rápido, pero a varios metros de donde se había producido la falta. Mientras los jugadores del Mallorca se quedaban estáticos protestando al colegiado, Jorge López enganchaba un zapatazo para establecer la igualada.

Apenas dos minutos después, el Mallorca se quedaba en inferioridad numérica, al desembarazarse Webó de Oriol con un codazo que impactó en el rostro del central. El partido enloqueció y de ello sacó mejor partido el Racing, con una internada del polaco Smolarek, con pase desde la línea de fondo que remató según le venía Aldo Duscher, consiguiendo su primer gol en la Liga española, en la que lleva ya 170 partidos.

Parte de la ventaja que tenía el Racing la perdió en una innecesaria falta de Serrano, que fue castigada con su segunda tarjeta amarilla, con lo que se igualaban las fuerzas.

Nada más comenzar la segunda parte el Mallorca pudo empatar en una jugada personal de Ibagaza, quien tras deshacerse de dos rivales, disparó duro y Toño tocó lo justo para desviar el esférico a la madera. Luego fue Duscher quien pudo aumentar la ventaja en un remate que detuvo Lux junto al poste, pero más clara aún fue la ocasión que marró Smolarek, al rematar fuera un córner, absolutamente solo ante el meta argentino.

El polaco, en su mejor partido desde que llegó a Santander, tuvo más opciones y pudo en muchos apuros a la zaga del Mallorca, tanto combinando con Munitis, como en acciones individuales, por lo que fue despedido con una gran ovación cuando fue sustituido por Tchité.

De las botas de Tchité salió poco después el pase, desde banda derecha, al segundo palo, donde Munitis se adelantó a la defensa fusilando a Lux, estableciendo el definitivo 3-1.