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Copa de la UEFA | Atlético de Madrid 2 - Aberdeen 0

Milagro: calma en el Calderón

El Atlético tumbó al Aberdeen sin sudar. Forlán y Simao marcaron los goles. Motta estrenó con nota la titularidad. La clasificación queda casi sellada

<b>PRIMER TANTO. </b>Los jugadores del Atlético abrazan a Forlán después de lanzar el penalti. El uruguayo no perdonó y el Atlético consiguió su primer gol.

Ganó el Atleti fácil y casi fue una decepción. Malacostumbrados a emociones fuertes, espectáculos locos y goles por doquier, la profesional, funcional, casi gris, victoria ante el Aberdeen nos supo a poco. Pero no lo es. No está nada mal que este equipo aprenda a superar a los rivales inferiores sin necesidad de recurrir a la foto-finish, la salud de los aficionados y el resultado final de su temporada lo agradecerán. Como ocurre con las relaciones, si no se confunde tranquilidad con rutina, estas noches plácidas son parte básica del camino hacia la felicidad. Eso sí, si el Aberdeen es quien amenaza con levantarte la novia, todas las parejas durarían cincuenta años.

Pese a la debilidad del rival, Aguirre decidió correr los riesgos justos y colocó a Agüero de titular. No le culpo. Si no le pone y la cosa se complica, le crucificamos. Es cierto que el chaval lo está jugando todo, pero también que tiene diecinueve años; con esa edad yo una vez subí a un tercero andando, no les digo más... Con toda la artillería sobre el campo, el Atleti aterrorizó al Aberdeen en cinco minutos, los que tardaron Luis García, Pernía y el propio Kun en rozar el gol.

Pero ayer todo en el Calderón era poco habitual y no me refiero sólo a los 6.000 tipos con falda que poblaban las gradas. El Atleti suele necesitar media ocasión para marcar un gol, pero anoche se le resistió el primero. Tanto, que el Aberdeen llegó a creer (poco) en la sorpresa. Lo hizo desde que descubrió la existencia de Eller, ése hombre.

Como el único recurso que tenían los escoceses era colgar balones a Miller, un honesto tanque que lo mismo podría ser delantero centro que leñador, el pseudocentral brasileño se dedicó a hacerle faltas innecesarias en los alrededores del área. Si se bañase en una piscina, se ataría pies y manos y tiraría pirañas. Por lo visto, al chico le gusta el riesgo.

Por suerte para el Atlético, ayer estaba Motta para apagar los fuegos que otros encendían. Aguirre se enfrenta a un dilema, porque Raúl García es intocable y quitar a Maniche ahora que se ha puesto serio sería como invitar a un alcohólico a una barra libre: vuelta a las andadas garantizada. Pero con Motta sobre el césped, la defensa rojiblanca sólo te da ganas de llorar, no de meterte un boli por la oreja y remover cuando encuentres resistencia. Va bien por arriba, se mete entre los centrales y garantiza una salida impecable de balón.

Y es mucho más que un pivote defensivo, como se vio en la jugada del primer gol. El brasileño se encontró en un lío, rodeado por tres rivales en su propio campo y de espaldas a la portería rival, pero se dio la vuelta y salió del berenjenal tirando de calidad y zancada. No satisfecho, se adentró en territorio rival y metió un fabuloso pase a Agüero, que, siempre el más listo, le sacó el penalti al pobre Hart como el que roba un caramelo a un niño. Forlán marcó y el Atleti se fue tranquilo al descanso.

Sin historia.

Todos sabían que aquel gol había cerrado el partido y Aguirre, al fin, se atrevió a dar descanso al Kun. La segunda parte fue tan excitante como sentarse a mirar crecer la hierba. Sólo Simao, fresco y con una afición por conquistar, le daba algo de ritmo al asunto y tuvo premio con una falta directa que pegó en el palo y en la espalda de portero antes de entrar. Si las carambolas empiezan a favorecer al Atleti, todo es posible...

Casi todo. Porque, por mucho que los alegres rojiblancos durmientes se empeñaran en la recta final, el Aberdeen no le mete un gol al Atleti ni jugando tres días seguidos. Fíjense en la magnitud de la frase: no le mete un gol al Atleti... Seguramente éste sea uno de los mayores insultos futbolísticos jamás escritos. Pero así de inocentes eran los entrañables escoceses.

Así que el Calderón vivió un fin de fiesta de desconocida placidez y el Atleti dejó casi sellada la clasificación para dieciseisavos. Ahora la lucha es con Panathinaikos y Copenhague por ser primeros y esquivar así a los rebotados de la Champions. Aunque, si cae el Liverpool, la perspectiva de Torres en el Manzanares contra Eller y Zé Castro es sugerente. Permanezcan atentos.

El Copenhague ganó en Moscú

El Copenhague sorprendió al Lokomotiv en Moscú y ganó por 0-1 gracias a un solitario gol de penalti de Nordstrand en el minuto 62. Con este resultado, el equipo ruso está obligado a ganar en Atenas al Panathinaikos para tener alguna opción de clasificarse.