España volverá a llenar el estadio de Gran Canaria

La llegada de la Selección a la Isla provocará el quinto lleno de la corta historia del estadio de Gran Canaria. Al menos, así lo auguran las previsiones, que se sustentan en el excelente ritmo de la venta de localidades. Hasta ayer, más de diez mil entradas habían sido retiradas por los aficionados. Y en posesión de la Unión Deportiva, que gestiona unas 12.000 de las 32.000 butacas del coliseo, escasean las reservas, pues la respuesta en taquillas ha sido magnífica. "En los últimos días los aficionados se han acercado en gran número a los puntos de venta y, a la espera de lo que ocurra con el cupo de entradas que se ha reservado la Federación para sus compromisos, y que supone más de la mitad del aforo, para nada es un atrevimiento pensar que se llenará el estadio. Y de quedar sitios libres, serán muy escasos", expuso a AS Patricio Viñayo, director de Comunicación de la Unión Deportiva Las Palmas.

El interés popular por el encuentro frente a Irlanda del Norte crece proporcionalmente al paso de las horas. Y el movimiento ya es imparable en una única dirección: colmar las gradas del Gran Canaria tal y como ocurrió el 18 de agosto de 2004, cuando se bautizó la nueva España de Luis Aragonés con un amistoso ante Venezuela (3-2).

Algunos seguidores, en su fiebre por no faltar a la cita, no han dudado en acampar literalmente en las taquillas para asegurarse la entrada para el último partido de la fase de clasificación. La organización, conmovida por este gesto, llegó incluso a adelantar los horarios de atención al público, premiando la osadía de los más pasionales.

Irlanda del Norte también arrastrará el miércoles a un nutrido grupo de incondicionales. Turistas y seguidores que aprovecharán la coyuntura deportiva para arribar a Gran Canaria prometen acentuar el ambiente con sus cánticos y banderas. Los futbolistas de Nigel Worthington estarán en minoría pero, motivados por sus opciones de clasificarse, tendrá un sector afín.

Unos 3.000 irlandeses, según los augurios más generosos, podrían darse cita en el recinto isleño. En principio, todos vendrían con entrada, aunque hay una prudencia extrema a la hora de valorar este particular, ya que resulta imposible controlar en su totalidad el flujo de potenciales militantes del equipo verde que pueden presentarse en la capital grancanaria con la intención de vivir en directo una confrontación decisiva para la suerte de su país.