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Copa del Rey | Hércules-Athletic

Copa contra la depresión

Yeste jugará su primer partido de titular este curso

<b>SU TURNO. </b>Del Horno y Yeste pasarán del banquillo de Montjuïc al verde del Rico Pérez.
juan flor

La Copa vuelve a llamar a la puerta del Athletic. Son ya varios años sin una alegría que llevarse a la boca porque más allá de la semifinal perdida ante el Betis en la crueldad de los penaltis la última temporada de Ernesto Valverde y la igualmente perdida frente al Real Madrid con Jupp Heynckes al mando del banquillo rojiblanco, la andadura en el torneo no se corresponde con la del rey de Copas. El éxito está anclado en el pasado. No se celebran títulos desde la década de los 80, curiosamente con Andoni Goikoetxea, ahora técnico del Hércules, como uno de los capitanes de aquel último Athletic campeón.

Mucho ha llovido desde entonces. Tanto que hay un extenso grupo de aficionados rojiblancos que sólo conocen la alegría de la Copa por lo que cuenta la historia: por lo que han visto en los almanaques deportivos, por lo que se exhibe en las vitrinas del museo del club, por el amor al sentimiento rojiblanco que se pasa de padres a hijos.Por todo menos por partidos ganados. Y es que la Copa, que año sí y otro también es un objetivo del club sea quien sea su presidente y sea quien sea su entrenador, se ha convertido en un torneo prohibido para el Athletic.

Hace un año y cinco días, el Athletic de la temporada 2006-07 se despidió del torneo tras caer con el Mallorca. Aquel era un equipo de Primera y la eliminación cumplió con los pronósticos. ¿Por qué? Porque durante la última década se ha convertido en una quimera que el Athletic pase de ronda cuando el bombo le empareja con uno de los equipos con los que comparte categoría liguera.

Una obligación.

Esta vez, los dieciseisavos de final le han puesto a la altura del Hércules, de Segunda División, que querrá aprovechar el partido de ida para obtener una renta que le permita llegar a San Mamés con las opciones intactas de hacer carrera en un torneo que si para ellos es un escaparate, para el Athletic es una obligación.

Sí, lo es porque los rojiblancos están necesitados de una alegría. Nadie les pedirá el título, que eso es algo que no sabe de deseos, pero sí una participación digna. Claro está, eso va unido a dejar en la cuneta a los alicantinos.

La reciente derrota de Montjuïc es un háncicap de importancia para el Athletic. Ahí es donde cobra especial trascendencia las dotes de motivación de Caparrós, que en un corto periodo de tiempo tiene que mudar la cara de tristeza de sus futbolistas hasta convertirles en un grupo sólido. Será difícil olvidar el traspiés de la Montaña Mágica, que el descenso está a un puntito, pero para algo se ha llevado 21 futbolistas a la minigira por el Mediterráneo. Lo lógico, es que rote el plantel, pero quién sabe hacia qué lado caerá la moneda.

De momento, lo que es seguro es que Yeste aparecerá por vez primera en el once esta temporada. Le ha llegado la hora y no quiere defraudar.