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Primera | Almería 0 - Atlético 0

Leo y los palos salvan al Atleti

El Almería fue muy superior. Uche y Negredo, a la madera. Leo Franco le paró un penalti a Melo. El Atleti fue sólo Agüero y un larguero final de A. López

<b>MUY BRONCO.</b> Al partido le sobró dureza y le faltó calidad. En esta acción Agüero consiguió sortear la vigilancia de Carlos García.

Cuando Emery mire la clasificación y se vea rozando el descenso, no dará crédito. Lo mismo que le pasará a Aguirre cuando haga lo mismo y vea que ayer sumó un puntito. Sólo una serie de inverosímiles desgracias explica que el Almería no ganase al Atlético. Dicen que la suerte se busca. Sí, es cierto, pero lo de encontrarla es otro asunto. Al minuto y medio, Negredo ya había disparado dos veces a puerta, pero el Atleti no se dio por aludido. Los rojiblancos no encontraron ayer a sus musas, así que decidieron ponerse en manos de la diosa Fortuna. Y esta le respondió a lo grande.

Un disparo fuera de Negredo a puerta vacía había sido un buen aviso de lo que estaba por llegar. Crusat, que parecía Speedy González echando carreras a luchadores de sumo, entró en el área y Seitaridis sufrió uno de sus clásicos cruces de cable. No es que le hiciera penalti, es que casi le lesiona. Curioso defensa el griego, el único del mundo que no intenta disimular cuando hace faltas en el área. Los árbitros se lo agradecerán, supongo.

Era el minuto 29 y el penalti no era más que el desenlace lógico al monólogo local. Pero para desgracia del Almería, fue el momento que escogió Leo Franco para reivindicarse en su época más insegura. Primero paró el disparo potente de Melo, pero lo mejor estaba por llegar.

Los puntas del Almería estaban casi dentro de la portería cuando disparó el brasileño. Muy listos. Mientras, los defensas del Atleti andaban de cháchara en la frontal, qué buen día hace, por qué corren esos... Bastante menos listos. Así que el rechace de Leo lo cabeceó a placer Negredo, sólo para ver como el portero reaccionaba a la velocidad de la luz y despejaba de nuevo. De la capacidad de reacción de sus defensas, como de la existencia de extraterrestres, no existen pruebas tangibles. Así que la pelota le llegó franca a Uche, que la pegó con la uña y Leo volvió a parar. Su zaga llegó a tiempo de darle una palmadita en la espalda, veloces como rayos.

Mientras todo esto sucedía, Agüero le escribía cartas de amor a Forlán y Raúl García: os añoro, sin vosotros mi vida es un suplicio. Y lo era. Si no llega a ser por su increíble capacidad para bajar balones que son meteoros, habría muerto de inanición en su isla desierta. Pero al Kun le sueltas en la jungla con un huevo duro y una navaja suiza y te construye Nueva York. Así que rozó el gol en dos genialidades. Si llega a arreglar el desaguisado de ayer, renombran el Calderón.

Pero el Atleti ya iba servido de milagros. Aunque ningún fenómeno paranormal como el que propició la lesión de Seitaridis: ver juntos sobre el césped a Cléber Santana y Eller. Que estos caballeros ocupen dos plazas de extracomunitario es como si a Ana Rosa Quintana y a Ricardo Bofill les dan un sillón en la Real Academia. Cuando menos, raro. Al pivote no se le vio y al central se le vio demasiado, siempre haciendo falta, hasta cuando tiene ventaja. Un hombre de costumbres.

Otro que se ganó un párrafo aparte fue Reyes, cuya aportación en lo que va de Liga ronda los números negativos. Y protesta cuando no juega. El valor hay que reconocérselo, eso es cierto. Como también el talento desaprovechado. Se le empieza a acabar el tiempo que separa a las promesas por cumplir de las mentiras confirmadas.

Maderas. A la hora de partido, el palo repelió un remate de Negredo, como había hecho antes el larguero con un gol cantado de Uche. Aguirre vio claro que en esas condiciones, el empate era una victoria y dio entrada a Motta en lugar de Simao. Por una vez, resulta difícil criticarle por conservador. Visto lo visto, no fue cobarde, fue sensato.

El Almería nunca se rindió, pero ni la gasolina de Crusat ni la fe de Negredo eran eternas y Pablo fue creciéndose para tapar las vías de agua. Así que el partido fue muriendo plácido hasta que Agüero sacó una falta en la frontal de donde sólo había un pelotazo entre media docena de rivales. Así es él. Era el último minuto y Antonio López lanzó perfecto. El balón se colaba, pero hasta a Fortuna le debió parecer demasiado y lo desvió ligeramente hasta el larguero. Al menos, al final vimos algo de justicia.

El detalle: Motta regresó tras su lesión

En el minuto 74, Aguirre dio entrada a Motta en lugar de Simao. Este cambio supuso el regreso del mediocentro brasileño a los terrenos de juego después de la lesión de rodilla en un entrenamiento que le ha tenido casi dos meses de baja. Hasta el momento, Motta sólo había disputado 22 minutos de Liga, fue en la tercera jornada ante el Murcia.