Primera | Atlético 3 - Villarreal 4
Nihat remata el suicidio atlético
Los rojiblancos se adelantaron 2-0 y 3-2. Regalos de Leo Franco y Perea. Maxi falló un penalti. Rossi y Kun marcaron. El Villarreal ganó en el minuto 89
Ya es oficial: con esta defensa, el Atlético tiene más papeletas para acabar actuando en el circo Price que en la Champions. Es un más difícil todavía constante. Ayer marcó tres goles, se adelantó 2-0 y 3-2, falló un penalti y acabó perdiendo ante un Villarreal que se acercó cuatro veces a la portería de Leo Franco y mojó en todas. En serio, uno se pone en la piel del Kun Agüero y yo no dejaría ningún objeto contundente suelto por el vestuario. Ciertas reacciones no son violencia, son terapia justa.
A lo largo de la semana, varios jugadores del Atleti disculparon a la zaga y aseguraron que recibir goles es culpa de todos. Casualmente, los que hablaron eran defensas. Porque ya me explicarán qué tienen que ver el resto de compañeros con la incapacidad de los centrales para defender un pelotazo en el gol de Rossi, con la salida a por uvas de Leo Franco en el 2-2, con el nosequé de Perea para regalarle el tercero a Nihat y con la incapacidad de Pernía para entender el fuera de juego en el 3-4 final. En serio, no es una defensa, es un chiste.
Así las cosas, el Villarreal, que estuvo toda la tarde a verlas venir, no tuvo más remedio que ganar. Ni se lo creía. Porque su comienzo de partido fue terrorífico. Al Atleti sigue en estado de gracia (la mitad de arriba, me refiero) y el hecho de que Forlán no estuviera y Agüero renquease ostensiblemente no le frenó lo más mínimo. Primero marcó Pablo y, poco después, Simao se inventó un golazo que situó al Calderón en éxtasis. Buen tiempo, 2-0, a dos puntos del líder y un rival aterrorizado. Tocaba disfrutar, pero la siesta pasó de la grada al césped.
Así que en un patapum arriba de Capdevila, Perea reaccionó tarde y Leo Franco bailó la yenka en la salida hasta colocarse en un estratégico terreno de nadie. Demasiadas ventajas para Rossi, que tiró de velocidad para adelantarse al colombiano y de habilidad para superar al argentino en vaselina. Empezaba el carnaval que continuó cuando el portero le regaló el empate a Fuentes con una salida indigna no ya de un guardameta profesional sino de cualquier tipo de 1,90 capaz de caminar sin muletas. En algún momento, al Atleti le cambiaron al segurísimo Leo por un clon.
Así que el Villarreal se fue al descanso frotándose los ojos. El mismo rival que le había matado y le había resucitado en el breve plazo de tres cuartos de hora. Igual que el Sevilla cuatro días antes. Pero el final iba a ser muy diferente.
Y eso que el arranque de la segunda parte fue una sucesión de malas noticias para los de Pellegrini. Rossi y Fuentes, sus dos goleadores, se retiraron lesionados y Undiano, a instancias de un juez de línea (in)vidente, le señaló un penalti en contra inexistente en el minuto 47. Pero alguien debería haberle recordado al eufórico Atleti que jugar con la suerte nunca ha sido su especialidad. Maxi lanzó fuera, las dudas alcanzaron a los rojiblancos y el partido se sumió en el sopor.
El desenlace. El Calderón empezó a titubear y ya sólo miraba al Kun. El chaval se había empeñado en jugar, pero no estaba bien. A su contractura se unieron los constantes golpes enemigos, tan frágil parecía que cambiarle era lo más sensato. O no. Porque entonces se inventó otra agüerada. Simao sacó una falta y entre un bosque de árboles cabeceó él, que empiezo a creer que mide dos metros pero disimula. Y un batallón de aficionados se puso a escribir mil veces en sus cuadernos Nunca dudaré del Kun.
Ni de la defensa del Atlético, debieron añadir. Porque lo mejor estaba por llegar. Perea se confió en un balón sencillo y ni despejó ni tapó la llegada de Nihat, que no sabía si marcar o darle las gracias. Hizo lo primero. Y en el último instante, tras un aparente penalti de Godín a Agüero, el Villarreal empezó a tocar, más para perder tiempo que otra cosa. Pero como allí nadie defendía, fue ganando metros hasta que Cani le metió un pase perfecto a Nihat para que cerrase una inverosímil victoria. Pernía lo vio perfecto, mientras rompía el fuera de juego.
Así bajó a la Tierra el Atleti. Y es un aviso serio. Es el único equipo del mundo que ve más difícil despejar un balón que meter un gol por la escuadra. Una cosa de locos.
El rival europeo: el Mlada cayó en su estadio
El Mlada Boleslav checo, rival del Villarreal en la segunda jornada de la fase de grupos de la UEFA, perdió en su propio estadio ante el Zlin debido a un solitario gol de Zurek a los 31 minutos. Con esta derrota, el Mlada se queda a trece puntos del líder, el Slavia de Praga, cuando se han disputado doce partidos. El Atlético descansa esta semana en la UEFA.