Hasta luego al liderato

El Málaga cedió el liderato a regañadientes al Numancia, que se llevó los tres puntos y el primer puesto de La Rosaleda merced a un tanto de Julio Álvarez. El hábil interior cambió por un momento el guión para rematar a la escuadra un servicio de Carmelo ante la mirada de Carpintero. El leonés se mordió los labios porque sabía que él podía haber evitado tan dañino tanto. Fue prácticamente la única oportunidad de los sorianos en 90 minutos. El resto fue un monólogo del Málaga, muy superior en juego y presencia pero poco eficaz en ataque. Le faltó la combinación de pegada y suerte de otras citas. El Numancia no colaboró con el espectáculo, pero jamás se descompuso. Fue un mal huésped en el sentido más amplio. Tiene hechuras. Como el Málaga, que jugando así perderá pocos partidos. Aunque la fortuna tenía ayer ideas propias.

Muñiz, que estrenaba nuevo contrato, realizó una mini revolución en el once. Hizo un cambio de cromos con los interiores y sacrificó a Salva para dar entrada a Apoño. El joven malagueño campó a sus anchas e hizo un desgaste terrible. Se replegó con velocidad y robó innumerables balones, además distribuyó con sentido y descongestionó la zona central, sobrecargada por la cantidad de hombres que allí se movían (Nagore, Moreno, Palacios, Carpintero, Hidalgo y él mismo). Paulo Jorge volvió a ser el mismo jugador que se ha visto en lo que va de temporada y Eliseu, tan esperado por algunos, no funcionó. El portugués lució sus innatas cualidades atléticas. Llegó, llegó y llegó, pero ni una sola vez dio un pase decente. Además colapsó el extremo izquierdo impidiendo casi cualquier internada de Rossato por detrás.

Arconada reconoció que le sorprendió que Muñiz renegase de Salva para fortalecer su medular. Aunque tampoco es algo novedoso. El propio Arconada se la jugó con Bolo solo en punta y Brit en la recámara. Bolo, viejo experto en marcarle al Málaga, naufragó ante Hélder y Weligton. Pero el Numancia se conforma con ganar como sea, que es lo que vale, y con llevarse el liderato de una plaza tan dura como La Rosaleda, que por primera vez no vio ganar a su equipo. Sin embargo, no parece que el Málaga haya dicho adiós al liderato. Es más bien un hasta luego.