De murallas y tanques

El Carlos Belmonte aprieta los dientes, la afición se conjura para colapsar el estadio y empujar a los suyos, muy necesitados, ante el Genghis Khan de Segunda. Toda ayuda es poca. Llega el líder, el Málaga. Con su autoridad feudal, los blanquiazules exigen derecho de pernada a sus rivales sin ninguna piedad. Sólo el Elche supo negarse y salir ileso. El resto no pudo decir lo mismo. Pero cada batalla es una historia distinta y Muñiz se lanza con todo lo que tiene a la conquista de cualquier fuerte. Los enemigos estudian las debilidades del Málaga y el asturiano no quiere concesiones.

Muñiz tiene dos misiones elementales al margen de conseguir los puntos. Purista del orden y el equilibrio táctico, el entrenador del Málaga quiere limitar los daños en defensa cuando se encuentra lejos de La Rosaleda. En los tres últimos partidos disputados fuera ha encajado seis tantos, dos por partido. Lo que choca con la eficacia defensiva como local (tan sólo uno). Eso te obliga a mantener un acierto muy alto. Por si acaso, Hélder y Weligton han hecho una apuesta personal. Quieren dejar su puerta a cero y pondrán toda su contundencia al servicio de la causa. Buscan el respeto absoluto de los delanteros rivales, que se hable de La Muralla en términos mayestáticos. Esa es la primera misión, que Goitia regrese impoluto a Málaga. La otra es reencontrar al mejor Salva, lastrado por pequeños problemas en las últimas semanas. Además, Muñiz quiere que su combinación con Baha alcance el límite de su potencial. Como Hélder y Weligton atrás, Baha y Salva tienen que marcar las diferencias siempre. Porque los rivales en Segunda te obligan a que les mates. O te matan ellos.

La engañosa clasificación del Albacete se puede deber a muchos factores, pero no parece que responda a cuestiones futbolísticas. Iker Begoña, Fernando Morán, Barkero, Meyong Zé, Ferrón... Además, han dados dos pasos al frente en el plano moral con sus partidos más recientes. Y Quique Hernández le regala la presión al Málaga diciendo que "es el mejor equipo de la categoría". A Muñiz no le gusta ese traje y se protege con su muralla y sus tanques.