Primera | Atlético 4 - Zaragoza 0
Vendaval de los chicos de Maxi
Un fabuloso Atleti arrasó al flojo Zaragoza. Golazos de Luis García y Forlán. La Fiera cerró la fiesta con un doblete. Oliveira y Diego Milito, desaparecidos
El Atlético presentó su candidatura definitiva a la élite con un partido perfecto ante un rival, el Zaragoza, del que se esperaba mucho y se encontró poco. Muy poco. Le pasó por encima un rival al que se le acumulan las buenas noticias: Forlán cada vez suma más, Luis García es el perfecto jugador número doce, Pablo ha recuperado de golpe todos sus conocimientos defensivos, Agüero sigue siendo imparable y, sobre todo, Maxi ha vuelto. Así las cosas, los de Aguirre pasan de buenos a temibles. Nos falta por saber si también a consistentes.
Los entrenadores, hasta los mejores, no terminan de entender que luchar contra tu naturaleza tiende a acabar en fracaso. Por ejemplo, Atlético y Zaragoza son dos equipos construidos para atacar y en su mejor versión juegan casi con cuatro delanteros. Pero mientras Aguirre mantuvo la apuesta, Víctor se achantó ligeramente y dejó a D'Alessandro en el banquillo para meter a Gabi a la derecha, formando un trivote encubierto con Luccin y Zapater. A los 9 minutos, gol de Luis García y plan conservador al traste. Justicia poética.
Era justo lo que necesitaban los rojiblancos, que afrontaban su primer examen real de la temporada. Perder en el Bernabéu y el Camp Nou entraba en las cuentas, y los demás partidos habían sido ante rivales de ambiciones menores. El Zaragoza era el primer igual al que se enfrentaba y el tradicional pesimismo atlético se palpaba en el ambiente. El madrugador gol calmó los nervios y recordó que gafes, vudús, pupas y demás rollos no tienen valor contra el talento. Y este Atleti lo tiene. Mucho.
El 1-0 fue una obra de arte de su fantástica delantera. Agüero recibió de espaldas y cedió a Forlán fuera del área. El uruguayo, que es mucho más que un goleador, recordó las enseñanzas de Riquelme y metió un pase imposible entre tres defensas que dejó a Luis García solo ante César. La definición de éste fue perfecta, rosquita picada al primer toque y a celebrarlo. En su primer partido como titular en Liga, Luis García gritó que él ha triunfado en las mayores plazas y que es un lujo tenerle en la plantilla. Esa es la forma de pedir minutos. Tome nota, Reyes.
Con la ventaja, el Atleti le regaló la pelota al Zaragoza, esperando una contra matadora. La operación tenía su riesgo, pues los de Víctor sólo respiran cuando tienen la bola. Eso sí, ayer estaban cojos, con Aimar como única vía de entrada en la defensa rojiblanca, donde Pablo apagó con solvencia varios fuegos. Como Milito estaba desaparecido y Oliveira desafortunado, la ofensiva maña era con armas de juguete. La del Atleti, con artillería pesada.
Así, en la siguiente ocasión que tuvo, cerró el partido. Maxi, totalmente recuperado para la causa, metió un balón medido al corazón del área para que Forlán, de vaselina, marcase el segundo. El repertorio ofensivo de este Atleti es como la capacidad de una madre para hacer preguntas sobre un tema cualquiera: prácticamente infinita.
Punto final. Con el 2-0 se acabó el Zaragoza. En el descanso, Víctor Fernández nos regaló uno de esos impagables momentos que consiste en arreglar lo que tú mismo has estropeado sin necesidad alguna y puso a D'Alessandro por Gabi. En serio, debe ser una asignatura troncal en la escuela de entrenadores. Demasiado tarde, forastero.
La segunda parte fue una exhibición rojiblanca y trajo el regreso definitivo de Maxi, que marcó dos goles a las inseguridades que le perseguían desde la lesión. A la fiesta sólo le faltó el golito de Agüero, que lo rozó y lo mereció, con varias genialidades marca de la casa. A cualquiera que le guste el fútbol, le encanta el Kun. Eso explica que los árbitros le odien. Ayer Pérez Lasa, que llevaba toda la noche permitiendo a Luccin repartir sin piedad, decidió tenerle dos minutos sin dejarle entrar al campo por mero capricho. No son raros, son patéticos.
Dio igual, la fiesta rojiblanca era total. El Zaragoza mostró su peor cara, la de equipo blando cuando le vienen mal dadas. Con el talento que atesora, estará arriba, pero con Gabi Milito se fue más que un gran central: se fue un líder. Justo lo que ayer recuperó el Atleti con Maxi.
El detalle: Valera, siete meses después
Juan Valera volvió a jugar tras más de siete meses de baja. El lateral rojiblanco se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha el 11 de marzo contra el Depor, en el Calderón y llevaba desde entonces fuera de los campos. Ayer Aguirre le dio entrada en el minuto 70 en sustitución de Perea y el murciano cumplió sin problemas.